¿Para qué sirve el contenedor marrón?

En el barrio de María Auxiliadora de Huesca conviven desde hace un año con un nuevo tipo de contenedor, de color marrón y cerrado con llave, que hace que solo los vecinos que posean una puedan acceder a él. Su finalidad es la de poder dar una segunda vida a la materia orgánica que va a la basura, convirtiéndola en compost, en una experiencia pionera en Aragón. Por eso, y ante el éxito del primer año, desde la asociación del barrio -que se convierte en intermediaria entre sus habitantes y el Ayuntamiento de la ciudad-, animan a todas las familias a que se sumen de manera voluntaria a esta iniciativa.

“Los interesados tienen que ponerse en contacto con la asociación, aquí nosotros les daremos las instrucciones necesarias, así como las bolsas especiales, hechas de material biodegradable y una llave para que puedan utilizar los contenedores”; explica el presidente de la asociación, Javier Moreno, orgulloso de poder participar en un proyecto tan pionero y positivo, aunque señala que siempre es necesario que se implique más gente, para lograr unos resultados todavía mayores.

Además de en la capital oscense, el denominado quinto contenedor también puede encontrarse en las comarcas de Jacetania, Alto Gállego y Hoya de Huesca, siempre a través de la empresa pública Grhusa, que se encargó también de instruir a los usuarios en el momento de la implantación de estos nuevos contenedores. “Varios empleados del Ayuntamiento nos explicaron cómo debía llevarse a cabo el proceso en las primeras semanas, aunque ahora ya somos los propios miembros de la asociación los que lo transmitimos a los nuevos voluntarios”, apunta Moreno.

No obstante, el Ayuntamiento de Huesca sigue muy de cerca el proceso y se encarga de facilitar las bolsas biodegradables necesarias para ello de manera puntual, ya que la utilización de otro tipo de recipientes para depositar los residuos estropearía totalmente el cometido. Por eso mismo, estos contenedores están cerrados con llaves, para asegurarse de que todo aquel que los utiliza sabe bien qué debe introducir en ellos.

“Por ahora el Ayuntamiento está muy satisfecho con el resultado, ya que el compost resultante es de gran calidad, porque se está realizando muy bien el proceso”, dice el presidente del barrio, que cuenta con una treintena de estos contenedores, repartidos en las calles principales, en los puntos en los que ya se depositaban otro tipo de residuos y en algunas vías próximas, utilizadas también por los vecinos de María Auxiliadora.

Entre estos, los de menor edad son los que más se han implicado con la iniciativa. “Somos un barrio pequeño, pero con dos zonas más bien diferenciadas, aquellas con vecinos más longevos, que llevan viviendo aquí muchos años, y la otra con edificios de reciente construcción, generalmente parejas o familias jóvenes. Estos últimos son los que más se han sumado, al estar más concienciados y familiarizados con el reciclaje y la utilización de diferentes contenedores”, comenta Javier Moreno.

La puesta en marcha de esta iniciativa en septiembre del pasado año tenía vistas a medio y largo plazo, como semilla para una ampliación a más zonas de la ciudad y otras localidades, ya que la última ley de residuos y suelos contaminados plantea que antes del año 2020 la cantidad de desechos domésticos y comerciales de las ciudades que se destinen a la reutilización y reciclaje deberá alcanzar, en conjunto, como mínimo el 50% en peso.

La exigencia legislativa obligaba, por tanto,a aumentar el nivel de reciclaje de los residuos de forma sustancial, ya que según el Ayuntamiento oscense en el momento de poner en marcha el plan pionero en recogida de los restos orgánicos, en el contenedor amarillo (envases de plástico, latas y bricks) se recoge un 4,3% del total de los residuos; en el contenedor azul (papel y cartón) un 5,6 %; en el verde (vidrio) se recoge el 3,5%; mientras que en el contenedor de resto se recogen más del 80%. Entre este alto porcentaje, la materia orgánica representa entre el 40 y el 50% del peso total de su contenido.