Peregrinación hasta Huesca para venerar al Santo Cristo de los Milagros

Un centenar de fieles llegados de catorce localidades de la diócesis han participado en la festividad del santo.

Peregrinación al Santo Cristo de los Milagros.
Peregrinación hasta Huesca venerar al Santo Cristo de los Milagros

A primera hora de la mañana de este martes, la catedral de Huesca se encontraba repleta de peregrinos y fieles que, junto a los miembros de la Cofradía del santo Cristo de los Milagros, han querido acompañar en su festividad al santo. Unas 100 personas han caminado durante la noche movidas por su devoción al santo procedentes de Antillón (3), Banastás (14), Bolea (7), Chimillas (7), Igriés (10), Linas de Marcuello (2), Pueyo de Fañanás (6), Puibolea (1), Sangarrén (14), Sesa (14), Siétamo (2), Tabernas de Isuela (7), Tierz (3) y Vicién (9).

Algunos de ellos, incluso se han desplazado desde la capital hasta alguna población cercana para realizar la peregrinación nocturna, según han explicado desde la diócesis. Este es el caso de Charo Biarge, que ha ido en coche desde Huesca hasta Banastás “y allí hemos salido un grupo, a las 6.00, bajando por el camino viejo de la alberca, que es muy cómodo” hasta llegar a la plaza de la Universidad unos minutos antes de que el obispo de Huesca realizara la recepción.

Muchos son veteranos aunque cada año se anima alguna persona que decide realizar el recorrido por primera vez, como Toña Alagón. “Es el primer año que hago esta peregrinación y vengo de Bolea, desde donde hemos salido a las 5.30 en coche hasta Puibolea, allí hemos recogido a otra compañera y nos hemos acercado a Banastás para reunirnos con el resto del grupo de esa población. En torno a las 6.00 horas hemos salido andando hasta Huesca. A mitad del camino se han unido cuatro compañeros que venían desde Bolea, que han comenzado a las 3.00”, ha relatado.

Antes de iniciar la primera eucaristía el obispo de Huesca ha recibido a los peregrinos en la plaza de la Universidad, desde donde han ido en procesión hasta la catedral oscense. Una vez en el templo, se ha procedido a trasladar la imagen del santo Cristo de los Milagros desde su capilla hasta el Altar Mayor.

La celebración eucarística ha comenzado con una mención sobre esta devoción al santo que comenzó en 1497. Año en el que durante el transcurso de una procesión por las naves de la catedral, esta imagen sudó de forma milagrosa y la ciudad quedó libre de la terrible epidemia de peste que la asolaba desde hacía meses.

En su homilía el obispo de Huesca, Julián Ruiz, ha repasado muchas de las penas y dificultades que se nos presentan a diario “y que hacen reinar en nuestro corazón la muerte, la desesperación, la angustia, el miedo y, sobre todo, el pecado”, ha dicho.

Durante toda la jornada se celebran eucaristías a las 9.30, 10.30, 12.00, 18.00 y a las 20.00. La última celebración es el solemne Pontifical, presidido también por el prelado oscense y en el que se realiza de nuevo el traslado del santo desde el Altar Mayor hasta su capilla, donde permanece durante todo el año.

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