De cuentos para niños escandinavos a las camisetas de Zara

El ilustrador Fernando Casaus compagina sus trabajos para el grupo Inditex con encargos de todo tipo.

Fernando Casaus ante el cartel que diseñó para Huescómic.
De cuentos para niños escandinavos a las camisetas de Zara
Rosa Calvo

“Nunca me había planteado que detrás de la ropa que veía en las tiendas había alguien que se dedicaba a crear sus dibujos y estampados”, dice el ilustrador oscense Fernando Casaus, que lo descubrió cuando él mismo se convirtió en uno de los encargados de crear fondos de cocoteros y veleros o coloridos niños montados en 'skate' para las camisetas y jerséis del grupo Inditex. Un trabajo en el que comenzó hace una década, en busca de la siempre complicada estabilidad dentro de su profesión, en la que ya se había forjado fama de versátil, diseñando desde cómics para adultos, cuentos en escandinavo o personajes para videojuegos de rol. Aun así, a día de hoy asegura que todavía le quedan muchos proyectos por realizar.

La primera piedra para todos ellos, los cumplidos y aquellos por alcanzar, la puso en el año 1997, cuando dejó Huesca para ir a Barcelona a estudiar Art Grafic en la Escuela de cómic Joso, donde ahora da clases de manga los sábados. Arrancó entonces su trayectoria de manera 'seria', pues ya hacía años que pintaba con Plastidecor en casa de su abuela y repasaba los tebeos de Superlópez sin saber ni siquiera leer. Anécdotas que repasó el pasado fin de semana como uno de los artistas invitados a la celebración del Huescómic, que cumplía su quinta edición y para la que fue el encargado de diseñar el cartel, en su particular versión de la leyenda de 'El salto del Roldán'. Las preguntas de los asistentes fueron numerosas, ya que descubrió un mundo, el de la ilustración para moda, que al igual que le había ocurrido a él anteriormente, pocos se habían parado a pensar que existía.

Sobre cómo llegó a formar parte de la plantilla de uno de los grupos textiles más potentes, un simple anuncio por internet fue clave. Oysho -una de las tiendas de la marca, centrada en pijamas y ropa interior-, buscaba nuevos diseñadores, y envío su propuesta. “Tuve que adaptarme un poco, ya que tenía que crear personajes muy sencillos, algo muy diferente a lo que había hecho hasta entonces”, explica. El resultado convenció y el vínculo continuó. “Pude diseñar decenas de muñecas de Hello Kitty diferentes. Ya estaba creada, pero la convertía en nuevos personajes”, comenta Casaus como anécdota recordando esa época y ante dibujos de la peculiar gatita convertida en superhéroe o con parche pirata.

Luego llegó Lefties, una de las tiendas más 'low cost' del grupo, donde había que ajustar los diseños al presupuesto, y finalmente Zara, centrado en ropa de chico y sobre todo niños, mano a mano con los diseñadores de la prenda. “Para mí fue un gran salto. A nivel técnico, tenía muchas más opciones, podía utilizar más materiales. Lentejuelas, bordados...” explica. A la hora de formar parte de las plantillas de diseño de la tienda, se puede estar en plantilla, como estuvo él durante ocho años en un centro situado junto a Barcelona. “Te da mucha más seguridad, pero te obliga a hacer unas horas fijas. Yo llegaba a casa y tenía verdadera necesidad por dibujar mis cosas 'frikis', sin que nadie me diera pautas. Al final dormía muy poco, era agotador”, explica.

Por ello, desde hace un año realiza las colaboraciones como 'freelance', desde casa y a su propio ritmo, y sus diseños se pueden ver también en prendas de Mango y Bershka. Precisamente para esta última tienda llevó a cabo en el año 2011 un trabajo del que se siente muy orgulloso. El de la decoración de los escaparates de los establecimientos de la firma en todo el mundo, que también se llevaron a algunos motivos interiores. En el trabajo de mayor magnitud, recreó un pueblo francés como fondo para los maniquís expuestos, en un total de 14 metros. “Daba mucha satisfacción pasar por una de las tiendas y ver allí tu trabajo”, asegura.

Una sensación que comparte cuando va por la calle y ve un niño vestido con una camiseta que ha salido de su mano. Aunque ninguno de esos trabajos vaya firmado, porque la autoría es siempre un punto delicado aquí. Asegura en ese sentido que no es algo que le traumatice. “Son trabajos por encargo, con unas pautas claras, y en los que vas muy rápido”. Por eso, habla más de satisfacción personal. Explica, además, que el sueldo es idéntico, independientemente del número de prendas con su firma que se vendan. “Pero si tienes éxito siempre te llamarán más”, puntualiza Casaus.

Aunque él ya sabía lo que era ver sus dibujos estampados, pues uno de sus trabajos más famosos, el cartel del Salón del Manga de Barcelona, en el año 2007, fue utilizado sin su permiso por una marca para ilustrar una colección. Entonces, recibió disculpas, una promesa de futuro trabajo que nunca se cumplió y una cuantía que años después, con experiencia en el mundo textil, ha descubierto que podría haber tenido varios ceros más. “Me pasó por inocente, de todo se aprende”; dice una década después.

Sobre qué le ha enseñado su paso por Inditex, asegura en tono de broma que ahora los personajes de sus cómics “visten mucho mejor”. También hace referencia a la correcta combinación de colores, la utilización de las tipografías o la simplificación de los diseños. “Tendía a recargarlo todo mucho”. Aspectos que sigue aplicando a sus numerosos trabajos y participaciones, que en determinados momentos le han ligado a marcas como Chupachups, La Caixa, Movistar, Renfe, Schwarzkopf, Catsalut o Panini.

Todo esto integra un portafolio repleto y que no tiene intención de cerrar. Sobre cómo empezar, él asegura que es mucho más fácil de lo que puede parecer. “En Internet hay muchas ofertas con trabajos. Es cuestión de saberlas encontrar y que lo que propones guste”, dice.

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