Una mujer de 58 años de edad y vecina de Zaragoza falleció ayer tras sufrir una parada cardiorespiratoria cuando realizaba una ruta senderista en el GR 65 , entre Atarés y el cruce de Botalla. Al parecer, sufrió un infarto. Los hechos ocurrieron sobre las 12.00. A esa hora, el Sereim de la Guardia Civil de Jaca recibió una llamada en la que una persona informaba de que estaba haciendo senderismo y su compañera, una mujer de 58 años, estaba sufriendo un fuerte dolor en el pecho que le impedía continuar.

Hasta allí se desplazaron especialistas en Montaña, que avisaron a una ambulancia. Iban de camino cuando recibieron un nuevo aviso en el que les informaban que la mujer había entrado en parada cardiorrespiratoria.

Cuando llegaron, encontrado a la compañera de actividad efectuándole maniobras de reanimación (RCP), que se prolongaron 30 minutos. Los guardias proseguido con la RCP hasta que llegó la ambulancia y los sanitarios colocaron a la mujer un desfibrilador semi-automático. A pesar de los esfuerzos, la senderista falleció y su cuerpo fue evacuado hasta el hospital de Jaca.

Por otra parte, el viernes una montañera de 49 años y vecina de Madrid, resultó herida grave al caer de una altura de 120 metros en la gran diagonal Balaitús, en Sallent de Gállego. Sufrió un traumatismo craneoencefálico, una herida abierta en la pantorrilla y policontusiones. El Equipo de Rescate e Intervención en Montaña (Ereim) de Panticosa inició el rescate a las 16.30. Fue el compañero de la víctima el que avisó de que esta se había caído y golpeado fuertemente en repetidas ocasiones, parando en una pequeña repisa a unos 3.020 metros de altitud en la escarpada y vertical pared.

En el operativo, además del Ereim de Panticosa intervinieron efectivos de la Guardia Civil de Montaña de Jaca, el helicóptero de la Benemérita con base en Benasque, un médico del 061 y un helicóptero de la Gendarmería francesa. Los especialistas llegaron e la aeronave hasta el pico y descendieron hacia la accidentada por una ladera de roca. Tras atenderla, se elevó a la mujer por los 120 metros de pared vertical hasta la cima del Balaitús. En todo momento, el médico realizó valoraciones sistemáticas. La herida perdió poco a poco la conciencia, por lo que el rescate resultó "muy complicado y arriesgado" debido, además, a la gran cantidad de bloques de granito de diferente tamaño que se desprendían de la pared.

Se consiguió llegar a la cima a las 22.15. Fue entonces cuando se solicitó el apoyo del helicóptero de la Gendarmería para evacuar a la mujer, que había entrado en parada cardiorrespiratoria, hasta un hospital en Francia.

El mismo viernes, otros dos montañeros fueron rescatados en Ordesa. Hacia las 16.00, la Guardia Civil recibió el aviso de que había dos personas enriscadas en la vía de escalada Áliga, en la pared del Tozal del Mallo, que solicitaban ayuda para ser rescatadas. Especialistas de Boltaña y el helicóptero de la Benemérita de Huesca se trasladaron hasta allí.

Los guardias accedieron rápidamente por una vía de la pared cercana hasta ellos. Progresaron por una zona de gran dificultad técnica y cuando llegaron a su altura continuaron con el proceso de rescate hacia el suelo mediante rápeles. A llegar, fueron recogidos por el helicóptero y evacuados hasta la pradera de Ordesa