El aforo del salto de Bierge rondará los 300 bañistas para intentar atajar la masificación

El salto de Bierge, una de las playas artificiales de interior más concurridas del Alto Aragón, tendrá este verano un acceso limitado a 300 bañistas aproximadamente. Dicha cantidad es la que recoge el primer estudio de uso de esta zona, ubicada en el entorno del Parque Natural de la Sierra y los Cañones de Guara y que cada verano recibe un fuerte impacto medioambiental fruto de la elevada masificación de público.

La elaboración del estudio lo ha realizado la empresa pública Sarga recibiendo el encargo del Inaga, tal y como se comprometió en la reunión celebrada el pasado diciembre en la Comarca del Somontano y a la que asistieron las administraciones y los agentes del territorio implicados en la resolución de un problema que se arrastra verano tras verano desde hace unos años.

El Inaga ya cuenta con un borrador y está terminando la redacción del estudio sobre capacidad y gestión de uso que en los próximos días remitirá al consejero de Desarrollo Rural y Sostenibilidad, Joaquín Olona; al presidente de la Comarca del Somontano, Jaime Facerías; y al alcalde de Bierge, Fernando Campo.

Las principales conclusiones que arroja el estudio son que la capacidad de bañistas en el salto rondará entre las 200 y 300 personas, lejos del más de millar de asistentes que se llegaban a concentrar sobre todo los fines de semana de verano.

"Todavía no hay un número determinado pero la cifra aproximada de personas que puedan acudir a diario no será superior a 300. A partir de ahí, hay que hacer un estudio medioambiental, el desarrollo económico de infraestructuras, el reconocimiento de que el Ayuntamiento deberá proceder a desarrollar su propia ordenanza fiscal de uso del término para el acceso vía ticket y el uso de aparcamiento públicos y privados, y la ejecución de infraestructuras por fases", explicó el director del Inaga, Jesús Lobera.

De pago

El acceso será de pago. La tarifa la deberá establecer el Ayuntamiento ya que es propietario de la presa sobre el río del Alcanadre, donde muere el barranco de La Peonera.

Habrá dos formas de limitar el aforo. La primera, construyendo una zona de aparcamiento para turismos y autobuses (el número de plazas estará en consonancia con el número máximo de bañistas); y la segunda, estableciendo un control en la zona de acceso a la playa. En ambos casos serán actuaciones suaves al tratarse de un paraje natural en la sierra de Guara, como recalcó Lobera.

El Ayuntamiento de Bierge deberá establecer una ordenanza fiscal por la que establezca el pago por estacionar y/o acceder a la zona de baño a través de un tiquet. También podrá fijar sanciones para las personas que no respeten dicha normativa.

Estas medidas entrarán en la práctica este verano a pesar de que el plan de infraestructuras del estudio se acometerá en distintas anualidades. Entre las infraestructuras contempladas también figura una zona de aseos y de contenedores o adecuación de accesos a la zona de playa.

El director del Inaga, Jesús Lobera, se mostró ayer satisfecho por el avance de los trabajos realizados por Sarga y aseguró que la "regulación del salto de Bierge será efectiva el próximo verano, con lo que conseguiremos su uso lúdico con la protección del medio ambiente".

Lobera apuntó que otros parajes naturales con una similar problemática a Bierge ya han adoptado medidas en esta línea para preservar el entorno y el disfrute de la naturaleza.