Dieciséis años después de que el Ayuntamiento de Huesca comprara al obispado el edificio del Seminario por 3 millones de euros para cederlo a la Universidad, las dos instituciones plantean darle un uso. La propuesta pasa por la instalación de una biblioteca con fondos históricos para la investigación y del vicerrectorado del campus de Huesca.

El rector, José Antonio Mayoral, ha mantenido este lunes una reunión con todos los grupos municipales. Al término de la misma, ha comparecido en rueda de prensa junto al alcalde, Luis Felipe, para mostrar su preocupación por el estado del edificio, que se ha ido deteriorando hasta el punto de que hace un año cedió el techo y cayó sobre el piso inferior, donde el agua y las palomas han acelerado la degradación del inmueble.

La rehabilitación integral costaría 14 millones

Pero la rehabilitación integral costaría 14 millones de euros, una cifra imposible de abordar en estos momentos. De ahí que las dos instituciones se planteen una intervención parcial para ocupar al menos 1.500 metros cuadrados (la superficie total es de 16.000 m y hay 10.000 m construidos). La solución concreta está a la espera de una reunión, antes de Semana Santa, del Patronato General del Estudio de Huesca, donde también están representados el Gobierno de Aragón y la Diputación de Huesca, para que puedan dar su opinión. Entretanto, se perfilará la idea.

“La situación del edificio es difícil y compleja. Se compró para cederlo a la Universidad y la voluntad de la ciudad es que se use con este fin y haga más atractivo el campus de Huesca”, ha declarado el alcalde. Los grupos políticos del Ayuntamiento ven con buenos ojos la idea planteada por el rector. “Queremos que sea una biblioteca de referencia dedicada a la investigación, no una biblioteca de consulta, porque estas las tenemos en cada centro, con fondos más antiguos, incluso de otras instituciones de la ciudad”, ha explicado el rector. Este destino facilitaría la obtención de fondos europeos para financiar las obras.

El proyecto no excluye el derribo de parte del edificio, aunque sería un último recurso. Eso sí, la iglesia de la Santa Cruz y la fachada que da a la plaza de la Universidad están protegidas y deben mantenerse. “Lo que menos nos gustaría es derribarlo, pero no se puede dejar el edificio así”, ha comentado Francisco José Serón, vicerrector de Prospectivas, Sostenibilidad e Infraestructuras.

El histórico inmueble de la plaza de la Universidad no es solo víctima del paso del tiempo y de los efectos del agua y de las palomas que se cuelan dentro. Otro problema es el vandalismo. Para frenarlo, se tapiaron las ventanas e incluso se cortaron los árboles que facilitaban el acceso. Serón ha afirmado que desde hace cinco meses no tiene constancia de que haya entrado nadie.