La robótica, un juego de niños

Con solo seis años, los pequeños de Huesca aprenden a programar sus juguetes.

Cientos de piezas de Lego tomaron forma hasta convertirse en una rana saltarina, que con solo varios 'clics' de ratón se movía por el suelo del centro Minivinci de Huesca, y reproducía el sonido de un croar.


Programarla para ello era el objetivo del taller que se celebró este sábado, con niños de entre 6 y 8 años, que tomaban así su primer contacto con la robótica. “Se trata de un programa muy sencillo, en el que los niños interiorizan los pasos casi jugando, y aunque al principio son bastante cautos, rápidamente van cogiendo soltura y programando diferentes funciones para el juguete”, explica Patricia Heredia, encargada de impartir el taller, y una de las responsables de la empresa altoaragonesa Minivinci, que tiene como objetivo acercar la ciencia y la tecnología especialmente a los más pequeños, y que cuenta con un aula en la avenida Pirineos de la capital oscense.


Para darle todavía contenido al taller, antes de sentarse al ordenador y al ser una rana la protagonista, los pequeños repasaron las características de los anfibios. Primero tocó montarlo y darle forma, en base a las instrucciones que aportaba el mismo programa, acuñado por Lego, que proponía empezar por un renacuajo y acabar convirtiéndolo en toda una rana. “Trabajamos con los Lego WeDo, que ya vienen preparados para ser programados a través del ordenador y cuentan con un software muy intuitivo, perfecto para los niños”, explicaba Heredia. Para estos nativos del ratón y de lo táctil, no era complicado apilar de manera virtual las diferentes cajas con funciones que más tarde reproduciría el juguete.


“Además de montarlo y programarlo, le hemos dado ese punto competitivo de hacer una carrera al final, para ver qué rana completaba antes las pruebas dispuestas”, comentaba Heredia, que explica que estos talleres desarrollan la colaboración, experimentación y creatividad de los pequeños, que además de aprender a construir y programar, desarrollan la comunicación y el trabajo en equipo.


Minivinci imparte clases extraescolares de robótica y programación en muchos de los centros de la ciudad, y también de la provincia, además de talleres en su aula a diario y los fines de semana, enfocados para diferentes edades, desde los cuatros años, que trabajan con juguetes más simples, hasta adolescentes, ya de la ESO, que realizan proyectos mucho más complicados. “En esos casos ya ves una predisposición por dedicarse a esto, vienen en horario de tarde y con mucho interés”, relata Heredia.


Además, este tipo de actividades son recomendadas para niños hiperactivos, con dislexia o síndrome de Aspergue, “les ayuda a concentrase”, puntualiza Heredia, y muestra algunas de las creaciones de estos alumnos, llenas de funciones y de aplicaciones.

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