‘El poder del arte’ es el nombre que recibe la exposición que desde este lunes puede verse en la sala CAI de Huesca, y sobre esta capacidad que tiene la expresión artística se habló en el acto de inauguración de la muestra. Diez usuarios de la Asociación Oscense Pro Salud Mental (Asapme) han plasmado en medio centenar de cuadros sus pensamientos y sobre todo, sus emociones, con los que se pretende dar visibilidad al colectivo y también reforzar ese poder del arte, con la satisfacción que supone para sus autores ver sus obras expuestas.

Miriam Grande es la coordinadora de estos talleres, que se celebran cada jueves por la tarde durante una hora y media. “Les permite algo tan sencillo como tener un ratito para encontrarse consigo mismos, que desconecten”, explica la docente al interrogarla sobre los aspectos positivos de estos talleres en los usuarios.

Cuadros totalmente abstractos, otros que muestran paisajes de la provincia, las fiestas de San Lorenzo o retratos se suceden en las paredes del centro de exposiciones, lo que importa es que cada uno pinte lo que le apetezca, o lo que sienta. “Es un trabajo de arte como medio de expresión, que cada uno transmita mediante cuadros pictóricos sus sentimientos, su forma de pensar, las diferentes cosas que les pueden gustar, atraer o llamar la atención…”, puntualiza Grande. “Nosotras –el taller lo imparte junto a una auxiliar y un pintor, padre de una usuaria- solo intentamos guiar técnicamente el desarrollo de su expresión artística”, añade.

Además de abrir esta muestra con todos los trabajos realizados en los talleres, y que podrá verse de lunes a viernes de 18.30 a 21.00, este lunes también se llevó a cabo una mesa redonda, en la que se mostraron algunos ejemplos de ese poder del arte como terapia. “Experiencias únicas desde diversos ámbitos”, tenía como título.

Y es que además de las pinturas, desde Asapme también se llevan a cabo otros talleres de carácter artístico, como los de bisutería que imparte Lucía Martínez. La artesana mostró durante la ponencia algunos de los trabajos que han llevado a cabo en los cinco cursos que ha realizado en Monzón y Jaca, y aseguró que trabajar con enfermos mentales le ha ayudado a deshacerse de todas las barreras y estigmas que podía tener sobre este colectivo.

Los cuadros de Pedro Ascaso Canudas también fueron protagonistas. Sus paisajes, bodegones o retratos suponen una forma de evasión de este vecino de Pomar de Cinca desde que le diagnosticaron una esquizofrenia que le impidió seguir trabajando como albañil. “Desde siempre se me había dado bien dibujar, pero esto me ha permitido tener algo de ilusión este tiempo”, explica. De hecho, muchos de sus vecinos cuentan con cuadros con su firma en sus casas. “Yo les hago retratos, escudos heráldicos, todo lo que me encargan”, añadió, despertando gran curiosidad entre los otros usuarios presentes, que le felicitaron por sus cuadros.

También asistió Vanesa Ibarz Peralta, educadora del centro de Arte La Panera de Lérida, y coordinadora de los proyectos artísticos para la inclusión social que desde el museo se llevan a cabo,  y que presentó durante su ponencia. Instalaciones con luces o una cabalgata para el desfile de una localidad fueron algunos de estos trabajos, en los que explicó, se utiliza el arte como herramienta de inclusión.

Porque si en algo coincidieron todos los presentes fue en la necesidad de dar visibilidad a todos los miembros de la asociación, para que no se les excluya de la sociedad, y mostrar que son personas con los mismos derechos, sueños y metas, como reclamó uno de los asistentes.