La calidad se impone a las modas en el regreso al aula

Porque además de los tomos de matemáticas o lengua y sus respectivos cuadernos de ejercicios, la vuelta al cole va de la mano de una larga relación de material escolar, que varía en función del centro. Gomas de borrar, rotuladores, tijeras o incluso la flauta para música. “Vienen con una lista con todo el material, que suele ser muy similar en todos los colegios, lo que sí que cambia es que en algunos especifican muy concretamente una o dos marcas para cada producto, mientras que en otros dan libertad”, explica José Luis García Salvador, propietario de la librería Salvador de la capital oscense. Esa diferencia hace variar sustancialmente la factura final, asegura.

Estos días previos a la primera clase son los señalados para buscar la mochila, que será la fiel compañera hasta el mes de junio, e incluso, en cursos posteriores. “Los padres se decantan más por las marcas tradicionales, que ofrezcan unas garantías en material, en las cremalleras, en el caso de las de ruedas, que las tengan de silicona… Podría decir que un 80% de las familias atienden más a la calidad que al diseño, buscando que pueda servir para varios años”, añade García, en cuya oferta apuesta más por ese tipo de productos, aunque en la mayoría de casos no están reñidos con un aspecto atractivo.

Coloridos estampados de Agatha Ruiz de la Prada o los inconfundibles animales de Kukutxumusu dejan atrás a los motivos que marca el cine o la televisión. “Siempre hay gente que viene buscando la mochila concreta de un personaje, pero en esos casos, la calidad suele ser menor y el precio mayor”, comenta el propietario de la papelería.

La pequeña Carla insistía en elegir una mochila con la imagen de Skye, uno de los personajes de la patrulla canina, frente al escaparate de la papelería Carlin. “La verdad es que hay bastante diferencia de precio, además se trata de algo muy de moda ahora, pero que igual para el próximo curso ya no  se lleva”, explicaba su madre a la hora de intentar convencer a la niña para que se decantara por otro modelo.

Desde el pasado lunes estos establecimientos viven un continúo goteo de familias y continuas llamadas en busca de ese libro o cuaderno que falta, aunque apunta José Luis García Salvador, cada vez son más los padres que acuden a hacerse con el material durante los meses de verano. “Incluso en julio”, asegura, “en el momento que tienen la lista vienen a por ella, supongo que para evitar dejarlo todo para el último momento o para afrontar pronto el pago”.

A pesar de ello, durante las próximos días la actividad seguirá siendo frenética en estos establecimientos, ya que son frecuentes los últimos encargos o aquellos productos que se unen a la lista de material en los primeros días de curso.