El Aneto acoge un desafío con fines solidarios

Varios deportistas de Monzón recaudan fondos para la Asociación Española contra el Cáncer.

Ciclistas en la edición del año pasado.
Ciclistas en la edición del año pasado.

Los 3.040 metros del Aneto dan nombre al reto que este viernes emprenden 18 aficionados al deporte desde Monzón, y que tiene como primer objetivo alcanzar la cima del pico más alto del Pirineo. Como fin último, el de recaudar fondos para la Asociación Española contar el Cáncer. El grupo recorrerá en bicicleta de carretera la distancia entre la capital montisonense hasta los llanos del hospital de Benasque, allí tocará cambiar las bicicletas por ropa de abrigo y subir corriendo hasta el pico Aneto, para luego volver sobre sus pasos y regresar en bicicleta a Monzón. “Calculamos que invertiremos 24 horas en hacerlo, se trata de una prueba sin carácter competitivo, en el que el objetivo es poder acabarla todos”, explica José Ramón Villa, padre del reto junto a Rubén Moracho.


La idea surgió el año pasado, cuando ya se calzaron las zapatillas para llevarlo a cabo, pero las adversidades meteorológicas obligaron a finalizar la prueba sin coronar el pico, por lo que esta vez aspiran a quitarse la espinita. “La lluvia nos acompañó desde Graus, y se hizo durísimo. Tres participantes llegaron a acometer el ascenso al Aneto. Al llegar al Portillón superior, la niebla y los comentarios de otros montañeros que se habían dado la vuelta les convencieron de que debían renunciar a pisar la cima”, relata el promotor.


Sobre el fin solidario, Villa explica que quisieron darle un mayor respaldo a su hazaña deportiva y ponerle ese trasfondo, coincidiendo con reciente fallecimiento de un amigo por cáncer, en forma de homenaje. Para ello, han vendido papeletas por los comercios de Monzón para un sorteo de regalos donados, además de habilitar una cuenta para donaciones. En la primera entrega consiguieron entregar 1.800 euros a la asociación, que esperan poder incrementar en esta edición.


Las 20.00 y la plaza del conservatorio de música de Monzón son la hora y el lugar fijados por el pelotón para empezar a rodar, y lo harán nuevamente mirando al cielo, porque la previsión meteorológica habla de inestabilidad en el Aneto. “Nunca sabes lo que te puede deparar la alta montaña, y siempre es lo que más respeto da, porque puedes encontrarte con cambios de temperatura, y otras situaciones inesperadas en tramos complicados”, dice Villa.


En el grupo de salida se concentran aficionados a la carrera por montaña, al triatlón o al ciclismo, tanto hombres como mujeres. De ellos, solo siete se atreverán a cambiar la bici por la montaña. “La gente se fue sumando cuando conoció nuestro desafío, llegados tanto de Monzón como de otras localidades como Binéfar o Albalate. Nosotros dimos cabida a todos los que nos quisieran acompañar, cada uno en la medida de lo posible, bien en el reto íntegro o solo en la parte de ciclismo”, concluye.

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