Como un premio al trabajo y una motivación de cara a mejorar sus condiciones laborales, así recibieron los cincos alumnos de la facultad de Empresa y Gestión Pública de Huesca los reconocimientos como premios extraordinarios y honoríficos que otorga la Universidad de Zaragoza a los mejores expedientes.
Todos cursaron durante el año 2015 estudios en la facultad oscense, bien de Grado, de Máster o para la adaptación de títulos, y recibieron este viernes un reconocimiento durante el acto académico en el que se entregaron las bandas y diplomas a las promociones que acaban este año los grados de
, en unos estudios que compaginó con su trabajo como administrativa en el Hospital de Jaca.
“Supone un gran esfuerzo volver a estudiar cuando ya estás trabajando y, sobre todo necesitas organizarte, pero creí que era necesario complementar mi formación, porque nunca sabes qué te deparará el futuro, y siempre es bueno contar con más herramientas”, explica, y admite que ahora aspira a encontrar un trabajo relacionado con su nueva titulación, para lo que el Premio Extraordinario ha sido toda una motivación.
De organizar bien el tiempo también habló
Alberto Rubio, galardonado como Premio Honorífico por sus buenos resultados en el curso de adaptación que le permitió convertir su diploma universitario en
Empresariales en el correspondiente título de Grado, según exige la normativa europea.
“Actualmente trabajo como economista en un despacho de abogados, pero antes estaba en banca, y la verdad es que es complicado poder asistir a las clases”, dice, ya que todos los estudios son presenciales. “Afortunadamente, el horario se concentraba en varias tardes a la semana, y pude asistir”.
Dan Balog también fue Premio Honorífico en la adaptación a grado de
Gestión y Administración Pública. En su caso, lamenta no haber encontrado todavía trabajo, después de diplomarse en 2012 y convalidarlo en 2015 con las nuevas titulaciones. “Primero decidí hacer el curso de adaptación y ahora planeo preparar unas oposiciones”, explica el joven.
La búsqueda de empleo todavía no se la plantea
Ana Alicia Alagón, Premio Extraordinario en
ADE, y que actualmente se está especializando, con el
Máster Universitario de Unión Europea de la
Universidad de Zaragoza.
“Tuve algunas ofertas al acabar el grado, pero preferí seguir formándome hacia un ámbito más específico”, dice la joven, que finalizará en junio el máster, en el que dice, los resultados también están siendo buenos, aunque el nivel de sus compañeros es mucho mayor.
Lucía Sa sí encontró trabajo tras finalizar el
máster en Turismo en 2015, del que fue el mejor expediente. “Primero cursé Turismo en Zaragoza, y al no encontrar muchas opciones, decidí empezar aquí el máster”, explica. Ahora celebra poder trabajar de algo relacionado con su formación, “es a media jornada, pero estoy contenta”, asegura.
Los cinco compartieron protagonismo con los
cientos de alumnos del último cursos recibieron las becas e insignias ante la orgullosa mirada de sus familiares, y entre los que se terminan de perfilar los mejores expedientes, que serán galardonados en el acto del próximo año.
La ocasión no solo sirvió para premiar a los alumnos,
también recibieron distinciones los profesores de Marketing e Investigación de Mercados, Lorena Blasco y Carlos Orús, por sus estudios, con los que se vinculaban las nuevas tecnologías con los procesos de compra. Además, se galardonó con la
Medalla de la Facultad a Materno Conesa, profesor de contabilidad, que se jubila este año tras impartir clases en la facultad desde su creación en 1990.
El último protagonista de la tarde fue el
catedrático de Derecho Público de la Universidad de Zaragoza Manuel Contreras, que recibió la
Beca de Honor de la Facultad de Empresa y Gestión Pública por la
donación de su biblioteca personal, integrada por más de
300 obras.
“A lo largo de mis mas de 40 años de profesión he ido acumulando muchas publicaciones sobre la materia, y siempre he pensado que los libros son para leerlos, por lo que creo que el mejor lugar, y dónde más útiles serán es en la biblioteca de la facultad”, explicó Contreras, que también dijo haber elegido el centro oscense por su corta historia.
“Se trata de una facultad moderna, con poco archivo antiguo, como sí pueden tener otras como la de Zaragoza, por lo que he pensado que
aquí eran más necesarios”.