La prohibición en Huesca de asistir a misas y procesiones provoca discrepancias en el PSOE

Lambán "respeta" la decisión municipal pero cree que la presencia de los concejales es "parte de la tradición". Los socialistas defienden en Zaragoza que "el que quiera ir, pueda ir".

El alcalde de Huesca, Luis Felipe, asistió ayer en Madrid a una reunión en la Federación Española de Municipios y Provincias.
El alcalde de Huesca, Luis Felipe, asistió ayer en Madrid a una reunión en la Federación Española de Municipios y Provincias.
Enrique Cidoncha

La decisión del Ayuntamiento de Huesca de suprimir su presencia institucional en los actos religiosos ha levantado una polvareda política, dentro y fuera de la ciudad. Aunque los dirigentes socialistas respetan la decisión del gobierno encabezado por Luis Felipe y apelan a la autonomía de cada corporación, también entienden que forma parte de la tradición y algunos son partidarios de dejar libertad a los ediles para acudir a misas o procesiones.


El Ayuntamiento de Huesca ha sido pionero en España en desligarse de los actos confesionales, incluso ha ido más allá que los de Cádiz o Valencia, gobernados por confluencias de izquierdas, donde se ha suprimido solo la presencia en alguna ceremonia. La corporación de la capital oscense, cuando el viernes se apruebe la modificación del Reglamento de Protocolo, no asistirá a actos de carácter confesional, incluidos sus cargos de representación y sus empleados públicos. Estos solo lo podrán hacer a titulo individual, renunciando a símbolos (bandas, uniformes...) y a espacios reservados.


Fuentes del PSOE del Alto Aragón reconocen la preocupación por el "desgaste electoral" y admiten la presión ejercida por los socios del PSOE (Cambiar y Aragón Sí Puede). "Da la impresión de que manda la minoría". Este punto figuraba en el acuerdo para investir a Luis Felipe como alcalde. En concreto, la propuesta vino de Cambiar. Otros dirigentes respaldan la decisión "porque se mantiene como excepción la asistencia a aquellas ceremonias relacionadas con fiestas patronales (la misa de San Vicente o la procesión de San Lorenzo) o el Día de Aragón".

El presidente se desmarca

El presidente aragonés y líder del PSOE en la Comunidad, Javier Lambán, mostró su "respeto" ante las decisiones que adopte "cualquier corporación", pero quiso distanciarse de la medida. Preguntado por la polémica, advirtió de que "la religión ha de ser un fenómeno inscrito en la conciencia de cada cual y que no debe determinar nunca las actividades públicas ni impregnar la vida institucional", pero se desmarcó de la postura de su compañero de filas Luis Felipe, al señalar que la asistencia a actos religiosos también es una cuestión de "respeto" a los vecinos. En este sentido, Lambán recordó que, durante sus años como concejal y alcalde de Ejea de los Caballeros, "iba a las procesiones" por entender que su asistencia "formaba parte de la tradición y del respeto a los ciudadanos".


El secretario provincial del PSOE, Antonio Cosculluela, se limitó a apelar a "la libertad y autonomía" de cada ayuntamiento. Y en Zaragoza, el concejal socialista Roberto Fernández también mostró su "respeto" por la posición, aunque sea diferente a la de su grupo en la capital aragonesa: "No veo que haya que prohibir nada, especialmente en el caso de las fiestas patronales". En su opinión, su postura "no entra en colisión" con la decisión adoptada por los socialistas oscenses, pero admitió que son partidarios de "aplicar la voluntariedad y el que quiera ir, que pueda ir".

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