"Me hacía mucha ilusión ver al Rey, me acordaré siempre de este día"

El Rey se mostró cercano y atento con todos los invitados y el resto de público.

El Rey se mostró cercano y atento con todos los invitados y el resto de público en su visita al Parque Nacional de Ordesa y Monte Perdido
El Rey se mostró cercano y atento con todos los invitados y el resto de público en su visita al Parque Nacional de Ordesa y Monte Perdido
Rafael Gobantes

Fue una estancia corta de apenas cuatro horas, poco tiempo para poder disfrutar de una joya tan grande de la naturaleza como Ordesa, pero suficiente para comprobar su belleza. Bastón de madera en mano -con la inscripción de la fecha de este jueves como recuerdo-, Felipe VI paseó durante media hora junto a una amplia comitiva a la sombra de Gallinero, la sierra de Cutas y la senda de Cazadores.

Poco antes, el Rey se hizo una foto de familia con los integrantes de la Comisión del Centenario, empresas patrocinadoras, representantes políticos y una veintena del centenar de trabajadores del Parque ya que tuvieron que dejar servicios mínimos. "Estamos encantados con la visita", afirmó Ramón Castelló, coordinador ambiental que lleva 33 años en Ordesa y que aprovechó para resaltar la importancia de la labor de todos los empleados, "porque somos los que estamos día a día conservando estos valores", y pedir también un mayor reconocimiento "para la gente de los pueblos que ha cuidado el parque dedicándose a la agricultura y ganadería y que han estado modelando estos paisajes".

El monarca fue agasajado con una cálida bienvenida en el Centro de Visitantes, donde le recibieron con vítores a su figura y a España. Entre el público había un grupo de escolares de Broto y Torla. "Les hemos explicado en clase la importancia del Rey y para ellos ha sido una fiesta porque ha estado muy simpático saludándolos a todos", dijo Milagros García Calvo, profesora. Uno fue vestido con la camiseta del Atlético de Madrid como guiño a Felipe VI, seguidor declarado.

También se acercaron muchos vecinos y vecinas de todas las edades para verle de cerca, estrecharle la mano y darle dos besos en el mejor de los casos, como el de Josefina Pascual, de 87 años, que se quedó muy emocionada. "Me hacía mucha ilusión verlo y ahora me voy a acordar de este día hasta que me muera", dijo. Además, se vieron varias banderas de España, como la que portó Daniel Soria, quien se mostró "muy contento" con la visita "porque va a suponer un impulso muy bueno para el pueblo".

Felipe VI se encontró con dos pequeñas protestas laborales del colectivo de vigilantes forestales y de sindicatos de policías nacionales y guardias civiles, a los que también saludó de lejos.

Y antes de regresar a Madrid, el Rey disfrutó de un vino de honor con unos 150 invitados en el hotel Ordesa con embutidos y queso de Sobrarbe, empanadilla de setas y verdura, tartar de tomate rosa, aguacate y bacalao ahumado, panecillo con longaniza de Graus con pimiento y mostaza, migas del pastor con huevo de codorniz, gyoza de Ternasco con salsa de maracuyá, rollito de morcilla y manzana, y dulces de la pastelería Tolosana. Todo regado con vino Viñas del Vero, cerveza Ámbar y refrescos. Felipe VI se fue más que satisfecho "porque nos ha dicho que con esta comida ya podía ir otra vez a caminar a Ordesa", explicó José Antonio Brun, maitre del hotel.

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