Desafío a los límites humanos de Eriste a Posets

El atleta Aritz Egea ha completado el recorrido de ida y vuelta entre la localidad y la segunda cima del Pirineo en poco más de tres horas

Aritz Egea, en pleno esfuerzo durante la ascensión.
Aritz Egea, en pleno esfuerzo durante la ascensión.
Carlos Llerandi

El límite del esfuerzo humano lo marcan a menudo deportistas más allá de lo extraordinario. En esta estirpe puede incluirse al guipuzcoano Aritz Egea, que el pasado fin de semana completó en tres horas el trazado que a la mayoría de los montañeros puede llevarles una jornada entera. Se trata de la ruta Eriste-Posets-Eriste, para la que ha marcado lo que en el argot de las carreras de montaña se denomina FKT -tiempo más rápido conocido- en un ascenso y descenso exprés.

Egea completó poco más de 23 kilómetros con un desnivel positivo de 2.312 metros para coronar la segunda cima más alta de los Pirineos tras el pico Aneto en un reto que afrontó en autosuficiencia, sin la ayuda de oxígeno. “He disfrutado mucho, desde el principio hasta el final. Me gustaría que la gente se anime a descubrir el Posets, que creo que es un monte un poco olvidado. Que vengan y lo disfruten caminando, corriendo… Desde mi punto de vista es uno de los picos más bonitos de los Pirineos y uno de los más prominentes, tiene unas vistas espectaculares”, señala Egea.

El atleta natural de Urrechu (Guipúzcoa) arrancó a las 5.49 junto a la tienda Barrabés en Benasque, a 1.138 metros de altitud, y cubrió los 3,7 primeros kilómetros hasta Eriste. A partir de ahí afrontó una subida continua hasta los 3.375 metros de la cumbre del Posets o Tuca de Llardana. Egea dejó atrás la Pleta del Forcau y el refugio de Ángel Orús, a 2.100 metros, y ascendió al Posets por la Canal Fonda.

El deportista realizó el mismo recorrido de vuelta y, esta vez, la gran cantidad de nieve acumulada en altura le benefició al evitar de esta manera la pedriza. “Al principio, al ser tan pronto, le costó un poco al cuerpo pero poco a poco cogí un buen ritmo. Noté la altura en el último tramo de la cresta. En la bajada me sentí muy bien y llegué a Eriste con mucha fuerza”, recuerda.

Egea alcanzó Eriste marcando un tiempo de ascenso y descenso al Posets de 3 horas y 48 segundos. Decenas de personas le recibieron en la localidad ribagorzana y le acompañaron durante algo más de tres kilómetros de regreso a Benasque. “Me lo he pasado pipa, he disfrutado muchísimo”, decía.

Al final el vasco se marca este y otros retos más por el disfrute personal que por el objetivo de superarse tanto a sí mismo como antiguas marcas. “Fue muy bien e hice el tiempo esperado, porque había previsto unas 2 horas y 50 minutos. Hay que tener en cuenta que había completado dos kilómetros más”, explica. Y no se preocupa por quien llegue detrás a intentar superarle: “Las condiciones eran muy buenas y lo importante es que la gente tenga ganas de hacerlo”.

No hubo lugar para la sorpresa, solo al comienzo “el cuerpo no carburaba muy bien. Fui a mejor y alcancé Eriste en muy buenas condiciones”. Al llegar a Posets pensó que “el tiempo se había ido un poco”; en la meta, la cabeza le recordó que “había empleado dos años para prepararme y ya hay que pensar en el próximo reto”.

En 2016, ya consiguió marcar un nuevo récord en el ascenso y descenso desde Torla hasta la cima del Monte Perdido en 4:24.29 horas, rebajando la anterior marca de Txus Romón en algo más de 20 minutos. De hecho, fue el propio Romón quien le inspiró para intentar establecer un tiempo de leyenda en el Posets. Ahora, “si alguien quiere batirlo, perfecto, pero sobre todo mi deseo es que la gente venga a la montaña a disfrutarla”.

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