El primer fin de semana de julio, la Guardia Civil de Montaña rescató a 12 personas en la provincia de Huesca con una edad media de casi 49 años: cuatro tenían 30 o 31 años; uno, 46; otros dos superaban los 50; y cinco, los 60. Y es que el montañero se hace mayor. Insisten en ello los expertos desde hace tiempo y lo certifican las estadísticas. Un estudio de accidentalidad de federados, dado a conocer recientemente por el Comité de Seguridad de la Fedme (Federación Española de Deportes de Montaña y Escalada), destaca «la excesiva ‘madurez’» de sus montañeros, ya que el 33% de los que dan parte de un siniestro tienen entre 31 y 40 años; el 28%, de 41 a 50; y el 25%, más de 51.

«Sorprende que estas edades maduras sean las de mayor accidentalidad, si entendemos los deportes de montaña como actividades en las que la formación, la experiencia y un cierto control emocional son importantes. No es menos cierto, por otro lado, que exigen una cierta autonomía de desplazamiento, material, pernoctas, consumo de tiempo libre... que son circunstancias con las que, objetivamente, la juventud actual no encaja de forma mayoritaria», señala el autor del informe y miembro del comité, Íñigo Ayllón. «En la montaña se ve gente más mayor, mientras que en la escalada, los barrancos o las carreras por montaña sí hay perfiles más jóvenes. Lo que no ha sabido rejuvenecerse es el montañismo».

El estudio establece un perfil de accidentados federados contando no solo con los datos de rescates de la Guardia Civil sino que incorpora, y es la principal novedad, los de las compañías aseguradoras, de forma que se contemplan siniestros que no acaban en un rescate, que son la gran mayoría.

En ese perfil, el predominio del varón es claro (74%), y en cuanto a la actividad, destaca el senderismo (27%), la más popular. En segundo lugar, con el 22%, están las carreras por montaña. Aunque es atribuible a su crecimiento, el porcentaje resulta «preocupante», por «demasiado cercano a una practica tan multitudinaria como el senderismo».

Los montañeros federados, indica Ayllón, son un grupo pequeño frente a todos los que salen al monte, pero con muchas horas de permanencia y moviéndose por terrenos más complejos, lo que explica el mayor porcentaje de rescatados heridos. Sin embargo, al tener más formación, saben salir por su propio pie de problemas menores.