La Escupidera, donde este jueves ha fallecido un montañero belga, es un punto negro en las montañas aragonesas. En esa zona  del Pirineo son habituales los accidentes y son varios los montañeros que han perdido la vida cuando intentaban atravesarlo en su camino de ida o de vuelta de Monte Perdido (3.355 metros).

Las tres rutas normales de ascensión a este pico del Pirineo obligan siempre a superar La Escupidera, donde la nieve permanece durante gran parte de año incrementando el peligro. Por eso, los expertos siempre aconsejan informarse antes de las condiciones de la montaña por si es necesario añadir piolet y crampones al equipo.

El nombre de ‘Escupidera’ se debe precisamente a que, pese a ser un embudo, es una ladera inclinada hacia la izquierda y ‘escupe’ a los excursionistas hacia un precipicio de entre 100 y 150 metros con lo que las caídas son siempre mortales. De hecho, en las últimas décadas se han contabilizado medio centenar de accidentes con fallecidos.

El último siniestro se produjo el pasado noviembre, cuando R. F. G., un montañero cántabro de 32 años, se precipitó al vacío por este ‘tobogán’. Tras recibir un aviso, los especialistas del Greim de Boltaña se dirigieron a la zona a bordo del helicóptero de la Unidad Aérea de Huesca, junto con el médico de 061. Pero después de localizar el lugar donde se encontraba el accidentado, una ladera cubierta de nieve, el médico solo pudo certificar el fallecimiento del montañero.

Un año antes, en mayo de 2016, la víctima fue un chico de 21 años vecino de Olorón (Francia) que hacía esquí de travesía con dos amigos. Se precipitó en una caída libre de 80 metros. Los tres venían de Francia y, pese a su juventud, eran unos montañeros experimentados. Habían subido por la cara norte a Monte Perdido y ya descendían hacia el refugio de Góriz, donde tenían previsto pernoctar. Al llegar a La Escupidera, la víctima perdió el control y resbaló por la pendiente hasta ir a parar al cortado.

Como en el caso anterior, los equipos de rescate no pudieron salvarle la vida.

En 2010, La Escupidera fue escenario de otra muerte. Un montañero extremeño de 69 años resbaló y cayó más de cien metros cuando intentaba coronar Monte Perdido. Domingo V. A., había emprendido a primera hora y junto a dos compañeros la ascensión. El hombre llevaba crampones y piolet para atravesar esta zona de nieve pero no fueron suficientes para evitar su caída.