Romper una mandíbula de un puñetazo también se puede pagar a plazos

La violenta agresión que protagonizó un joven en las calles de Huesca no le llevará a prisión, ya que la Fiscalía, que pedía año y medio de condena, no se ha opuesto a que el acusado indemnice a la víctima a plazos mensuales de 250 euros.

A la hora de cobrar, lo importante es hacerlo. Sea cuál sea el procedimiento. A esta conclusión ha debido de llegar un joven al que le rompieron la mandíbula de un fuerte puñetazo en Huesca y que ha tenido que aceptar que el agresor le pague los 20.000 euros de indemnización en cómodos plazos mensuales. Tampoco ha puesto peros la Fiscalía, que pedía inicialmente un año y medio de prisión para el acusado y que al reconocer este los hechos y mostrarse dispuesto a pagar se sumó al acuerdo alcanzado entre la acusación particular y la defensa para fijar la condena en seis meses. No es inusual que las partes lleguen a acuerdos por delitos de esta naturaleza, lo que resulta menos frecuente -pero quizás más efectivo- es la solución a la que se ha llegado en este caso.

Según la sentencia del Juzgado de lo Penal número 1 de la capital altoaragonesa, Alejandro A. C. hará frente a la indemnización abonando 250 euros mensuales al denunciante, que como consecuencia del golpe encajado se vio obligado a pasar por el quirófano y estuvo cuatro meses incapacitado para sus ocupaciones habituales. Como recuerda además su abogado, Alejandro Giménez Planas, que proponía una condena de 2 años de cárcel para el acusado, le ha quedado como secuela una limitación a la hora de abrir la boca.

El agresor confeso estará pagando la ‘cuota’ mensual durante dos años, lo que le permitirá cubrir los primeros 6.000 euros. Los 14.000 restantes los tendrá que hacer efectivos en un único pago final. Pero para entonces confía en haber podido obtener esta suma.

Los hechos que llevaron a este oscense al banquillo se produjeron en la madrugada del 27 de noviembre de 2016, fecha en la que se enzarzó en una pelea con otro joven. En un momento dado, este último cayó al suelo y un tercero, ajeno a la discusión, trató de auxiliarlo. Según explica la sentencia, “de forma sorpresiva y sin que mediara ningún tipo de provocación”, Alejandro A. C. decidió lanzar un fuerte puñetazo al joven que prestaba auxilio al herido. De esta forma, terminó siendo este el que sufrió las lesiones más graves: fractura de ángulo mandibular izquierdo y fractura subcondílea derecha.

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