El conocido montañero aragonés Carlos Pauner ha apadrinado en Graus la inauguración del nuevo rocódromo de esta villa ribagorzana.

Pauner, quien declaró sentirse "muy honrado y agradecido" con el apadrinamiento de esta instalación deportiva, apuntó que se trataba de "un día feliz" por la puesta en marcha de este rocódromo en una localidad como Graus que, recordó, cuenta con un nutrido grupo de aficionados a la montaña y a la escalada y en la que se imparte unas "punteras" enseñanzas sobre esta materia en un "prestigioso" ciclo formativo en el Instituto Baltasar Gracián. Destacó, así mismo, la especial importancia de este tipo de apuestas por promover las distintas disciplinas asociadas al montañismo en un Graus que, recalcó, "es la puerta de la montaña y del Pirineo central".

Este nuevo rocódromo completa la apuesta del ayuntamiento grausino por el montañismo bajo techo. El consistorio abrió hace unos meses una zona de boulder en el interior del pabellón polideportivo de la localidad que, desde su puesta en marcha, ha cosechado un rotundo éxito de utilización por parte de aficionados de las edades más diversas. Estas instalaciones, de unos doce metros de largo por unos cuatro de alto, permiten desarrollar diferentes rutas de escalada con varios grados de dificultad pero están consideradas como “de iniciación” por parte de los usuarios.

Por este motivo, el proyecto planteado por el consistorio grausino preveía la construcción contigua de un rocódromo más exigente que es el que ahora se pone en marcha. La instalación, diseñada por el personal especializado de Prames, se adecúa a la estructura del recinto polideportivo con una altura máxima de ocho metros y una anchura de seis en la que se suceden varios planos con diversos grados de inclinación y dificultad y diseñado para la utilización de las más diversas técnicas de escalada o de entrenamientos profesionales para colectivos como el de los bomberos que requieren de instalaciones especializadas.

El alcalde de Graus, José Antonio Lagüens, señala que el conjunto del Boulder y el rocódromo ha tenido un coste de 30.000 euros financiados con fondos propios y con una aportación de la Obra Social de La Caixa. "La puesta en marcha de este complejo de escalada bajo techo –apunta el edil- supone la culminación de un cúmulo de ideas que llegaron al ayuntamiento desde distintos clubes y personas particulares del municipio ya que existía una necesidad real de este tipo de instalaciones deportivas que complementan perfectamente las ya existentes".