Los Titiriteros de Binéfar despiden al Bandido Cucaracha 30 años después

La compañía interpretará esta Semana Santa por última vez uno de sus espectáculos más clásicos.

Los Titiriteros de Binéfar durante la representación de El Bandido Cucaracha.
Los Titiriteros de Binéfar durante la representación de El Bandido Cucaracha.
Los Titiriteros de Binéfar

Hay que remontarse hasta el año 1989 para dar con la primera vez que Los Titiriteros de Binéfar representaron la función 'El bandido Cucaracha'. Antes, Pilar Amorós y Paco Paricio se habían recorrido multitud de pueblos de Los Monegros grabadora de casete en mano, para recuperar los testimonios de los vecinos, con el fin de poder realizar un retrato de aquel hombre que muchos consideran el 'Robin Hood' aragonés y convertirlo en una historia de títeres. El resultado no pudo ser mejor, ya que es ahora, casi tres décadas después, cuando han decidido retirar la historia de su repertorio, no porque se haya agotado su recorrido, ya que la historia del individuo que se enfrenta a la sociedad sigue muy vigente, sino por dejar espacio a los nuevos espectáculos. Será esta Semana Santa en su Casa de los Títeres en Abizanda, cuando realicen los tres últimos pases de 'El Bandido Cucaracha', este jueves a las 17.00 -con entradas ya agotadas-, y el viernes a las 12.00 y las 17.00.

“Lo estuvimos haciendo muchos años, como 15 seguidos, Paco y yo -recuerda Pilar Amorós- con la orquestina de Fabirol, y decidimos descansar un tiempo. Luego lo retomamos, hace siete u ocho años, ya con mi hija Eva en mi lugar y dos músicos”. No obstante, Amorós se detiene especialmente en las primeras funciones, a finales de los 80 e inicio de los 90, en las localidades monegrinas, en las que unos meses antes habían recopilado historias de los vecinos de más edad. Los mismos que salían con sus sillas a la plaza a conocer esos primeros títeres que contaban la historia del bandido.

“Es una obra muy especial, en la que cada escena es una técnica diferente, y hay buena música tradicional”, explica su creadora a la hora dar sentido a que siga triunfando tantos años después y entretenga a nuevas generaciones. De hecho, dice la propia artista que en estos días previos a la despedida del espectáculo, una chica en Barbastro le explicó que ella cuando era pequeña había visto en Lastanosa la función, y ahora llevaba a su hija a Abizanda para que ella también pudiera conocerla.

“Nosotros siempre pretendemos que los espectáculos estén vivos, y los vamos renovando tanto a nivel de material como de estar abiertos a los espectadores, intentar que respiren de lo que respira el público”, añade. En este caso, también le otorga especial significado los valores que transmite su texto, que huye de los tópicos del aragonés. “Es un clásico, que tiene la validez y la importancia de lo artesano. Estamos en un mundo virtual, en el que prevalece lo de usar y tirar, incluso entre los espectáculos, pero con este pasa al revés, es un clásico que sigue allí, porque es un teatro en el que pones algo de ti, de tu vida, de lo que piensas y de esa manera haces que esté vivo”, explica Amorós, en referencia a la rebeldía que muestra el bandido, que muchos aseguraban que tuvo que huir por una injusticia, y que acabó luchando contra el poder.

Ese mensaje ha permitido a 'El Bandido Cucaracha' triunfar también fuera de Aragón, donde la historia podía ser más desconocida. De hecho, en el festival Titirimundi de Segovia les pidieron expresamente que acudieran con ese espectáculo, que ahora dice adiós, aunque Pilar Amorós no cierra la puerta a una tercera vez, “quien sabe, igual mis nietos en un futuro la vuelven a recuperar”.

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