Patrimonio protege las Pajaritas, símbolo de Huesca

La DGA inicia el proceso para declarar Bien de Interés Cultural la escultura de Ramón Acín.

Monumento de las Pajaritas en el paseo de Ramón Acín, en el parque de Huesca
Monumento de las Pajaritas en el paseo de Ramón Acín, en el parque de Huesca
Pedro Etura

Si hay una imagen que identifique a la ciudad de Huesca, al margen de los logotipos oficiales, es la de las Pajaritas, la popular escultura de Ramón Acín situada en el parque Miguel Servet de Huesca. La obra ha sufrido numerosas transformaciones desde su instalación en 1929, pero a partir de ahora cualquier modificación deberá superar el filtro de la Dirección General de Cultura y Patrimonio del Gobierno de Aragón, que ha iniciado el procedimiento para su declaración como Bien de Interés Cultural, en la categoría de Monumento.

La iniciación de este procedimiento, publicado este viernes en el Boletín Oficial de Aragón conlleva la aplicación inmediata y provisional del régimen de protección establecido para los Bienes de Interés Cultural, así como la suspensión de las licencias munici­pales relativas a todo tipo de obras o actividades en la zona afectada. Se abre un periodo de información pública durante un mes para que cualquier persona física o jurídica pueda examinar el expediente y presentar alegaciones.

El monumento, erigido en el Parque de Huesca en el año 1929, es uno de los más representativos del artista Ramón Acín, que hoy da nombre al paseo de la zona verde donde se localizan. La escultura, formada por dos pajaritas, fue realizada a finales de los años veinte en la Fundición Averly. Según consta en el documento de la DGA, fueron recibidas por la crítica con todos los parabienes -como refleja la exposición de la maqueta en las Galerías Dalmau de Barcelona (1929) o en el Ateneo de Madrid (1931)-, y se destacó  "su sobriedad rayana en la modestia solamente concebible por los conceptos socialmente democráticos de Acín”. Recuerda que cuando el autor supo de la intención del Ayuntamiento de Huesca de construir un parque en la ciudad, escribió: “Las aguas, las escuelas, los árboles. He aquí los tres problemas capitales de la ciudad. Todo para los niños, la higiene, la cultura, la alegría y la salud. Los niños son la única esperanza de un mañana mejor”.

El monumento objeto de esta declaración representa dos pajaritas de papel realizadas en chapa de hierro doblada, con unas dimensiones de 1,25 x1,20 metros y colocadas cada una sobre un pedestal de cemento escalonado sobre una grada. Su estado de conservación es bueno, si bien han sufrido transformaciones a lo largo de los años en la forma de los pedestales y en el color. Con el tiempo se han conver­tido gracias a su valor artístico y vanguardista, concluye la declaración, “en un símbolo de la ciudad de Huesca”. Incluso ha inspirado las populares galletas con su forma que se venden en las pastelerías.

Manuel García Guatas escribió que, en contra de lo que a veces se ha dicho, no son un monumento a la papiroflexia, ni siquiera fue concebido como monumento, sino como fuente para los niños que jugaban a su alrededor. Antonio Saura se refirió a ellas como icono de la infancia de generaciones de niños que han jugado a sus pies. Cabe recordar la proximidad del colegio del Parque. En el mismo edificio está la Escuela de Magisterio, donde Acín impartió clases. En 1986 el ayuntamiento llevó a cabo una remodelación parcial y restauración del conjunto escultórico para que recobrara el aspecto, con dos pedestales y un estanque y surtidor. Delante se construyó un pequeño escenario para representaciones teatrales.

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