Merma en el campo de hasta 1.500 millones con los embalses vacíos

El sindicato agrario Asaja estima que el volumen de negocio del regadío se reducirá drásticamente porque la sequía condiciona la cantidad y el tipo de cultivo

Ángel Samper (izquierda) y Fernando Luna, en la presentación del balance agrario
Ángel Samper (izquierda) y Fernando Luna, en la presentación del balance agrario
Rafael Gobantes

La falta de agua en los embalses pasará factura a los agricultores de regadío, y no será pequeña. El sindicato agrario Asaja estima una merma de hasta 1.500 millones de euros en el volumen de negocio en todo Aragón, teniendo en cuenta que los regantes están planificando sus cultivos a la baja.

El presidente de Asaja Huesca, Fernando Luna, ha puesto cifras a las posibles pérdidas. Uno de los cultivos más afectados sería el maíz, con una notable reducción de la producción teniendo en cuenta su elevado consumo de agua. En este caso habló de 330 millones. La repercusión económica sería trasladable a la alfalfa (200 millones menos), el girasol (20) o el arroz (15). A ellos se sumaría la fruta, cuyo volumen de negocio, de entre 800 o 900 millones de euros al año, podría caer a la mitad. "La repercusión económica de no tener agua para el regadío aragonés puede ser de 1.500 millones de euros", ha concluido.

Los regantes han optado por la siembra de cereal "al cien por cien", renunciando a cultivos más rentables pero que necesitan más agua. Las consecuencias serían menos desastrosas si el panorama cambiara en los próximos meses, aunque lo que no se ha sembrado, ya no se podrá recuperar.

Según Luna, la renta de los agricultores, en estos momentos, está "en jaque" por la sequía. "La situación es crítica", ha afirmado el presidente de Asaja. "Hay que diferenciar lo que es sequía meteorológica y lo que es ausencia de estructuras de retención de agua", ha señalado, citando el caso del Guadalquivir en Extremadura, que disponiendo de menor caudal que el Ebro, "aunque no les llueva en tres años, tienen el agua garantizada para todas las explotaciones de regadío".

Biscarrués y los jueces

Esta semana se presentará en el Consejo de Ministros un nuevo decreto de sequía. El último fue en 2006, derivado de la grave situación que se dio un año antes. Las alegaciones al mismo por parte de Asaja van en el sentido de acelerar las partidas económicas en los Presupuestos Generales del Estado para el desarrollo de obras hidráulicas de almacenamiento. "El sector agrario necesita agua",  ha reclamado Fernando Luna, quien ha preferido no valorar si la obra idónea es Biscarrués. "Apostamos por que haya agua embalsada, no entramos en la idoneidad de un embalse u otro. Vemos que el Ministerio está impulsando Almudévar, y es positivo", ha dicho, recordando que Biscarrués está en un proceso de paralización por un litigio contencioso-administrativo y "no nos podemos poner encima de los jueces". 

El presidente de Asaja ha realizado estas valoraciones en la presentación en Huesca este martes del balance agrario de 2017, junto al secretario general, Ángel Samper. Para el primero, la agricultura ha suspendido en este año que acaba por los precios «nefastos» y los altos costes de producción en todos los sectores. En el caso de la frutal dulce, por ejemplo, la campaña ha sido "catastrófica". "En estos momentos están llegando todavía liquidaciones a los fruticultores que no sirven para cubrir los costes de producción, por lo que liquidar los créditos de campaña va a ser muy difícil", han señalado. Entre los pocos sectores que se salvan está el porcino, en el que sigue creciendo el número de explotaciones. Samper se ha referido también a la ganadería extensiva, piedra angular para el equilibrio ambiental. En el fondo, ha dicho, subyace una confrontación entre medio rural y urbano, "y el voto está en Zaragoza".

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