“Los animalistas han ido a mi trabajo a pedir que me despidan por ser cazadora"

Melania Capitán, barcelonesa de 27 años afincada en Huesca, no imaginaba que compartir las experiencias cinegéticas en las redes sociales podía originar tantos problemas.

Melania Capitán, barcelonesa de 27 años afincada en Huesca, no imaginaba que compartir las experiencias cinegéticas en las redes sociales podía originar tantos problemas. Su padre le inculcó la pasión por la caza cuando era niña, y desde entonces no ha dejado de defender y practicar esta actividad. Hace un par de veranos, coincidiendo con su mudanza a tierras altoaragonesas, creó un perfil de Facebook para exponer sus vivencias, opiniones o fotografías con otros aficionados pero, cuando el colectivo animalista se hizo eco de ello, los insultos y las amenazas comenzaron a sucederse.

Su página, que actualmente suma más de 25.000 seguidores, se llenó de mensajes tan amenazantes como “te vamos a callar con una bala en la frente”, “espero que alguien te dé una paliza que te deje cuatro meses en coma” o “somos muchos los que deseamos que no vivas”. Frases que hicieron que Mel, como así es conocida entre sus familiares y amigos, denunciase la situación.

“A pesar de que llevo recibiendo ataques desde 2015, es ahora cuando la situación se ha hecho insostenible”, valora la joven, ensalzando la “gravedad” de los dos últimos episodios que ha tenido que soportar. “Hace dos semanas publicaron la ubicación de mi trabajo -prefiere no revelar cuál es- y pidieron que fuese despedida; a los pocos días, tres personas de una plataforma animalista se presentaron allí para hablar con mis jefes y seguir presionando”, añade, y agradece el “apoyo” recibido por la empresa.

“Cuando esas personas se presentaron en las instalaciones yo no estaba porque trabajo a turnos, pero después mis superiores me dijeron que no le diese más importancia y que no me preocupase por mi puesto. Esas palabras me tranquilizaron hasta cierto punto, aunque no dudé en comunicarle lo que había sucedido a mi abogado, experto en asuntos cinegéticos”, explica, antes de confesar que su caso ya está siendo valorado por el grupo de delitos telemáticos de la Guardia Civil.

“He puesto nombre y apellidos a todos aquellos que me han estado haciendo la vida imposible a través de Facebook. Además, he expuesto lo sucedido en mi trabajo, aunque esas tres personas no han dado la cara y será difícil que las puedan identificar”, lamenta Mel, que el miércoles 26 de abril respondió a las ofensas con un vídeo en el que exige que le dejen actuar con “libertad”.

“No encuentro explicación de por qué nos llamáis asesinos. Si vosotros queréis comer puerros o apios, hacedlo. Si nosotros queremos comer caza, lo hacemos. Dejadnos actuar a nuestra manera porque en este país, de momento, esta actividad es legal”, señalaba, y aseguraba que lleva la cabeza “muy alta” cuando dice que es cazadora.

Por último, Capitán, que caza tanto en el Pirineo oscense como en los Monegros, daba las gracias a sus compañeros por las muestras de cariño recibidas y lanzaba un aviso: “Los cazadores somos muchos y no nos vais a callar”.



 

 

 

 

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