El abogado del guardia civil de Barbastro implica a los cuatro menores

Concluye el juicio contra Abraham G. N. y los otros ocupantes del vehículo que se saltó un control y mató al agente de Tráfico José Antonio Pérez.

Mariano Tafalla, abogado de la acusación particular en nombre de la familia
Mariano Tafalla, abogado de la acusación particular en nombre de la familia
Rafael Gobantes

La vista oral contra Abraham G. N. por la muerte del guardia civil José Antonio Pérez, en un control de alcoholemia en Barbastro, celebrado desde el lunes en el Juzgado de Menores de Huesca, ha quedado visto para sentencia. La Fiscalía ha mantenido la petición inicial de ocho años de internamiento y cinco de libertad vigilada para el conductor del Opel Astra que arrastró al agente, por los delitos de conducción temeraria en concurso con otros de homicidio, atentado a agentes de la autoridad con vehículo a motor y conducción sin licencia o permiso, además de tres de lesiones por las heridas causadas a los ocupantes del turismo Audi Q7 contra el que chocó cuando arrastraba al guardia.


El joven tiene 18 años, pero cuando ocurrieron los hechos le faltaban dos meses para cumplirlos y está siendo juzgado por la Ley del Menor. El Ministerio Fiscal no pide medidas para los otros tres ocupantes del vehículo, que entonces tenían entre 14 y 17 años.


Sin embargo, el abogado de la familia del guardia civil sí amplía la acusación a los cuatro con distintos grados de participación. Además de solicitar el grado máximo para Abraham G. N., con una pena de 10 años de internamiento, ha modificado sus conclusiones para pedir que la copiloto sea condenada a cinco años de libertad vigilada como cooperadora. La chica, que también ha superado la mayoría de edad, es prima hermana de Abraham G. N., con el que tiene un hijo. “Lo hemos hecho a la vista de la prueba practicada”, ha justificado el letrado Mariano Tafalla.


La medida para los otros dos ocupantes, sería de tres años de libertad vigilada, atendiendo a que tenían 14 años. “No entendemos que el resto de menores no hayan participado. Estaban en el vehículo y han participado de una u otra manera”, ha añadido. Entiende que los que viajaban detrás no tenían acceso a parar el vehículo, pero sí la copiloto, que durante más de 20 segundos iba observando lo que podía ocurrir. “Con dos acciones precisas, quitar la llave o poner el freno de mano, el resultado se habría evitado”.



A estas peticiones se ha adherido la acusación que representa a los ocupantes del Audi Q7. La colisión con este turismo, donde viajaba una familia, causó heridas a tres de sus cinco ocupantes.


Por su parte, la abogada defensora de Abraham G. N., Cristina Dolcet, considera que no existió dolo y que se trató de una imprudencia. “Él se puso nervioso por la situación y no supo controlar el vehículo”, ha señalado, recordando que tampoco tenía carné de conducir. Según ella, su cliente sufre limitaciones mentales y, aunque no lo hacen inimputable, como ratificaron los peritos en el juicio, ella cree que sí que lo condicionan. “Tiene una deficiencia mental”, ha asegurado la letrada. Valoró que ha mostrado arrepentimiento. “Dice: ‘si no hubiera cogido el coche’, ‘si no hubiera cogido el coche...”.


En la mañana de este martes han declarado varios testigos presenciales: los conductores que estaban parados en el control y los ocupantes del Audi Q7. La vista oral finalizó con los peritos.

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