Arranca el juicio contra el joven que mató a un guardia civil en un control en Barbastro

Cuando sucedieron los hechos le faltaban dos meses para cumplir 18 años, por lo que es juzgado por la Ley del Menor.


El chico acusado de causar la muerte a un guardia civil al saltarse un control en Barbastro está siendo juzgado desde esta mañana en el Palacio de Justicia de Huesca. Cuando ocurrieron los hechos, en marzo pasado, tenía 17 años (cumplió 18 en mayo), por lo que la vista se celebra en el Juzgado de Menores y se le aplicará la Ley del Menor.


El joven, que se encuentra interno en un centro especial de Juslibol, se enfrenta a una acusación de conducción temeraria en concurso con los delitos de homicidio, atentado a agentes de la autoridad con vehículo a motor y conducción sin licencia, además de tres delitos de lesiones por las heridas causadas a los ocupantes de un vehículo con el que chocó cuando arrastraba al guardia de Tráfico José Antonio Pérez, que iba agarrado a la ventanilla intentando detener el coche.


Por estos delitos, la Fiscalía pide 8 años de internamiento y otros cinco de libertad vigilada para el conductor. El Ministerio Público no imputa a los otros tres menores, de entre 14 y 17 años, que le acompañaban en el vehículo. Pero la acusación particular, ejercida por la familia del agente, sí cree que existe una implicación por complicidad o por omisión.


“No hacer nada y estar viendo un homicidio doloso y dejar que se cometa es complicidad, o podríamos hablar incluso del deber de impedir un hecho delictivo”, declaró el letrado Mariano Tafalla antes del inicio de la vista oral. También se refirió a su huida del lugar de los hechos. “En los otros menores, cuando huyen todos, y fue gracias a la labor policial como se encontró al autor, allí hay un encubrimiento claro”, añadió. Por ello, les pide entre 3 y 5 años de libertad vigilada, dependiendo de las edades.


La Fiscalía entiende acreditado que la tarde del 4 de marzo, el acusado cogió la llave del coche de su padre y se montó en él con otros tres menores: su pareja, entonces también de 17 años y con la que tiene un hijo, y un chico y una chica de 14 años familiares de ambos. A las afueras de Barbastro había un control de alcoholemia, del que formaba parte José Antonio Pérez. El  agente que acompañaba a este le dio el alto al vehículo y le advirtió “de manera alta y clara” que era un control, “no deteniendo en ningún momento el menor el vehículo”, según las alegaciones de la Fiscalía. “Párate, que te pares”, le dijo, pero el conductor, “con un claro menosprecio al principio de autoridad y desobedeciendo las órdenes”, señala el Ministerio Público en su escrito, realizó un súbito acelerón que obligó a ese guardia a desplazarse para evitar ser atropellado.


Entonces, la víctima siguió al vehículo, aprovechando una pequeña desaceleración, y a la altura de la ventanilla del conductor, introdujo el brazo derecho. “Acto seguido el menor, con absoluta despreocupación de lo que le pudiera ocurrir al agente, reinició nuevamente la marcha con la máxima aceleración, de manera súbita, sostenida y prolongada”. Durante varios metros, el agente tuvo los pies en el suelo intentando no ser arrastrado hasta que en un momento dado tenía medio cuerpo dentro del turismo, manteniendo el menor el pedal del acelerador presionado.

Primero chocó contra una bionda y luego contra otro coche, causando heridas a tres ocupantes, saliendo despedida la víctima, que quedó tendida muerta en la carretera.


Está previsto que en el juicio, que durará dos días, declaren, además del conductor y los tres ocupantes, los guardias civiles que integraban el dispositivo del control, los heridos en el choque, los agentes que los detuvieron tras la huida escondidos en casas de familiares, así como los peritos que han tratado a los menores. 

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