Aínsa transforma su legendaria batalla en una auténtica fiesta

Colgó el cartel de ‘No hay entradas’ en la representación de La Morisma. La cruz sobre la carrasca iluminó la noche.

Ni los moros ni los cristianos. Fue la fiesta la que venció en La Morisma de Aínsa. El drama popular que se representó la noche del sábado colgó el cartel de ‘No hay entradas’ con 1.200 espectadores, cuyas risas y aplausos por los dichos de los personajes que irrumpieron en en la plaza Mayor pusieron el sonido a la noche. Como manda el guión, volvieron a vencer los cristianos y la cruz de fuego sobre la carrasca, símbolo del Sobrarbe y del escudo de Aragón, iluminó el cielo en la segunda representación nocturna.


La oscuridad realza la escena de la cruz pero también la aparición de los personajes de la Muerte, el Diablo o el Pecado. Son los momentos cumbre de este drama que representa la conquista de Aínsa en el año 724 por las tropas de Garcí-Ximeno, a las que en plena batalla la mediación divina les dio fuerzas para vencer. Con esa luz en el cielo, el octogenario Luis Lascorz pronunció la loa. Tres generaciones de su familia coincidieron en una representación que con unos 450 vecinos de la villa.


No hay interpretación, sino emoción. "La mayor singularidad que tiene esta representación, en España hay muchas otras, y el verdadero milagro es que se haya mantenido en el tiempo de forma oral. Forma parte de nuestra tradición y de nuestro ADN, ya que los niños lo viven desde pequeños", detalló la vicepresidenta de la Asociación La Morisma, Isabel Bergua. Además, como novedad este año se incorporó el dicho de un judío, el estudioso del hebreísmo Andreu Lascorz.


Esta Fiesta de Interés Turístico de Aragón data al menos de 1676, cuando se tiene constancia de que las Cortes de Aragón entregaron 10 libras jaquesas para su representación. Dejó de realizarse en los años 20 del pasado siglo y en los 70 dos profesores con la ayuda de muchos vecinos recuperaron los textos y volvieron a hacer la función.


En esta ocasión, se ha implicado el área de Vertebración del Territorio de la DGA y su consejero, José Luis Soro, que asistió con la también consejera María Victoria Broto; así como los diputados nacionales Ana Alós (PP) y Gonzalo Palacín (PSOE). Esbozaron alguna sonrisa cuando entre los dichos se hicieron alusiones jocosas a la actualidad política, como el retraso del presidente de la CHE en recibir a los alcaldes del Pirineo o la repetición de elecciones en época de turrones.


El público llenó durante todo el día los establecimientos hosteleros y las calles engalanadas con estandartes y puestos artesanos, que hoy volverán a recrear el ambiente medieval. Tras la representación, desde las 22.30 hasta la medianoche, los espectadores se trasladaron al castillo donde había una discomóvil. Es la verdadera fiesta de Aínsa.

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