Durante varios meses, la carretera más transitada del Parque Nacional de Ordesa, la que conduce desde Torla a la Pradera, ha estado sin mantenimiento invernal. El motivo fue su exclusión, por un error, de la lista de lugares autorizados para el uso de fundentes, equivocación que el Gobierno de Aragón acaba de rectificar. La apelación a razones de seguridad no ha impedido las críticas de los grupos ecologistas, contrarios al uso de productos químicos y partidarios de mantener cerrada esta vía los meses de invierno. El caso llegará a las Cortes de Aragón a través de una proposición no de ley de la diputada de IU Patricia Luquin.

El Plan Rector de Uso y Gestión (PRUG) de Ordesa de 2015 prohibía utilizar cloruro sódico como fundente en el mantenimiento invernal de las carreteras ubicadas tanto en el Parque Nacional como en la Zona Periférica de Protección. Solo contemplaba como excepciones los accesos a núcleos habitados y al Parador de Bielsa, es decir, la vía del cañón de Añisclo y la del valle de Pineta. Aún así, obligaba a la administración a comunicarlo previamente a la dirección del Parque.

Meses después, se detectó un error en la redacción, ya que entre esas excepciones se olvidó incluir los ocho kilómetros del acceso a la Pradera de Ordesa. Según el departamento de Desarrollo Rural y Sostenibilidad, obviamente se trató de "un error", ya que esta vía no lleva a núcleos de población, pero sí hay otras instalaciones, y además es el punto más frecuentado por los visitantes en todas las épocas del año. "No tienen sentido darle un tratamiento diferente a la vía más frecuentada", señalaron fuentes de la consejería.

El Plan Rector se aprobó en abril de 2015, por lo que el olvido no se detectó hasta la llegada del invierno. Los trabajadores de la Dirección General de Carreteras, como venían haciendo cada año, echaron sal para evitar la formación de placas de hielo, pero según explicaron las mismas fuentes, algún agente de protección de la naturaleza les comunicó que no podían hacerlo.

A partir de ese momento se dejó de echar sal y a consecuencia de ello se produjeron varias salidas de vehículo de la calzada. Los técnicos del espacio protegido advirtieron de que además del riesgo para la seguridad de las personas, se erosionaban los taludes, al intentar los conductores sacar el vehículo por sus propios medios o al ser remolcados por una grúa.

Esta carretera, que va desde el puente de los Navarros, a la salida de Torla, hasta la Pradera, permanece cerrada con una barrera si hay riesgo de aludes, mucha nieve y en los periodos turísticos de mayor afluencia, como Semana Santa, los puentes festivos y el verano, cuando un autobús acerca a los visitantes hasta allí.Críticas ecologistas

Una vez constatado el olvido, se solicitó la inclusión de la carretera en el PRUG. El pasado 1 de abril se publicó una corrección de errores en el BOA.

Sin embargo, la Plataforma en Defensa de las Montañas de Aragón ha solicitado al consejero Joaquín Olona la revocación de la última decisión, y al mismo tiempo le ha pedido que dé instrucciones para no efectuar tampoco limpiezas mecánicas a partir del puente de los Navarros. Considera que el cloruro sódico amenaza la conservación.

Sus afecciones negativas en los ecosistemas de alta montaña están profusamente documentadas, argumenta la organización ecologista, y por ello, dice, se ha abandonado su uso en los países más avanzados de Europa. "Esta limpieza contribuye a romper la calma invernal que permite a este espacio natural reponerse de la continua presión humana que sufre gran parte del año", señalan. Izquierda Unida de Aragón se ha hecho eco de esta denuncia. Su portavoz parlamentaria, Patricia Luquin, ha registrado una proposición no de ley en la que demanda al Gobierno de Aragón que se revoque la corrección de errores.

Sin embargo, el departamento de Desarrollo Rural y Sostenibilidad ya ha anunciado que no cree conveniente revocarla, aunque sí se ha comprometido a potenciar los contactos con Carreteras para que el mantenimiento se haga "de la forma más respetuosa posible con el medio.