Amigos y familiares buscan al montañero desaparecido
Sin rastro por tierra ni por aire de José María Fernández, zaragozano de 36 años.
Medio centenar de personas buscaron activamente este lunes por el valle del río Ara, en el Parque Nacional de Ordesa y Monte Perdido, al excursionista zaragozano de 36 años José María García Fernández, desaparecido desde el sábado, día 23, cuando salió del refugio de Bujaruelo para realizar una ruta senderista.
El operativo se ha suspendido al caer la noche y tareas que se reanudarán este martes a primera hora.
En el albergue, José María García se dejó el saco de dormir (también estaba aparcado aquí su coche) con la intención de regresar por la noche y al no hacerlo, el guarda del albergue dio aviso a la Guardia Civil, que desde entonces rastrea la zona.
Personal de cuatro de los cinco grupos de rescate en montaña de la provincia (Jaca, Benasque, Panticosa y Boltaña) buscan por el citado valle, por las zonas más complicadas, mientras que los voluntarios (amigos y familiares) se reparten por otras rutas más accesibles. También se han incorporado dos guías del Greim con perros de búsqueda de personas.
Un helicóptero de la Guardia Civil con base en Logroño ha estado sobrevolando la zona hasta que sobre las cinco de la tarde tuvo que retirarse porque se le agotaba el combustible. El rastreo por tierra tampoco ha dado resultado de momento.
Fuentes de los grupos de rescate señalaron que la principal dificultad es la gran extensión de terreno que revisar. El excursionista no concretó dónde iba, solo se interesó por el valle del Ara y preguntó por el nacimiento del río, una zona muy alejada y con mucha nieve aún en esta época, por lo que hay pocas posibilidades de que se dirigiera allí, pero quizá tomó otra ruta.
Las gestiones realizadas hasta ahora para ver si pudo ir a otro refugio o alguien lo vio en el camino, no han dado resultado. La Guardia Civil ya buscó el domingo e incluso preguntaron a montañeros que encontraron en el camino, pero nadie lo había visto. Ese día rastrearon la zona comprendida entre el refugio de Bujaruelo y la cabaña de Ordiso, pero se vieron obligados a abandonar al anochecer.
Tampoco el helicóptero pudo volar la primera jornada a causa del viento y de las malas condiciones meteorológicas. José María García Fernández, de 36 años, mide 1,75 y tiene el pelo castaño, con muchas canas. Es aficionado a la montaña pero no un experto.
