Los índices más altos de plaguicidas en la cuenca del Ebro están Huesca

Sariñena y Zaidín, son las localidades con más contaminación según la CHE.

Sariñena y Zaidín, en la provincia de Huesca, han sido las localidades de la cuenca del Ebro donde se han detectado en 2015 los índices más altos de contaminación por plaguicidas, ha informado  la Confederación Hidrográfica (CHE).


En su último informe de la Red de Control de Plaguicidas en la Cuenca, se ha destacado que, de los 2.525 análisis que se realizaron el año pasado, solo en esos dos puntos se superaron los niveles de contaminación de origen agrícola en las aguas superficiales.


En concreto, se superó la concentración máxima admisible de "clorpirifós" (un insecticida organofosforado de uso en viviendas y agricultura) en el cauce Clamor Amarga, en Zaidín, y en el río Flumen, en Sariñena.


En Clamor Amarga, se superó la concentración máxima admisible en los muestreos que se efectuaron en junio y julio de 2015 y en Flumen en uno realizado en mayo, ha precisado en una nota la CHE.


Del total de los análisis llevados a cabo, se ha comprobado la presencia de algún plaguicida en 230 (un 9,1 %), al menos en niveles que pueden ser detectados en laboratorio, frente al 10,2 por ciento del año anterior.


Se trata de concentraciones puntuales elevadas, aunque sin llegar a incumplir las normas de calidad ambiental, lo que permite detectar los plaguicidas más problemáticos, las zonas de la cuenca más afectadas o la época de mayor riesgo.


Las estaciones donde se ha obtenido un mayor nivel de plaguicidas totales son las de la cuenca del río Cinca (Flumen, Clamor Amarga, Alcanadre y el propio Cinca, en Fraga) y en menor medida, en el Arba en Luesia, en Tauste (Zaragoza), y en el río Segre, en Villanova de la Barca, en el Canal de Serós, en el embalse de Utxesa y en Serós, en la provincia de Lérida.


Ante estos resultados del informe, que se hace por décimo año consecutivo, la Confederación Hidrográfica ha propuesto a las comunidades de regantes la adopción de medidas para minimizar las afecciones por el uso de "clorpirifós" y del herbicida "terbutilazina".


Los análisis, que se llevaron a cabo en 116 de las 123 estaciones que componen la red de control, se refirieron a la presencia de 26 sustancias y en ningún caso la suma total de plaguicidas fue superior a 500 ng/L, el límite que marca la legislación de agua potable, destaca la CHE.

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