MANUEL PIZARRO

"Hay una política alternativa; España no está condenada a tener un 20% de desempleo"

El reconocido aragonés Manuel Pizarro (Teruel, 1951), analiza la situación y los principales proyectos de la Comunidad Autónoma, valora su paso por la política y plantea la necesidad de actuar ante la crisis económica.

Manuel Pizarro, en su despacho madrileño de Baker&McKenzie, entidad que preside en España y que le ha nombrado socio en Chicago.
"Hay una política alternativa; España no está condenada a tener un 20% de desempleo"
E. CIDONCHA

Han pasado ya diez meses desde que dio el paso de dejar el Congreso. ¿Por qué decidió hacerlo? ¿Qué tal valora su etapa política?

Estoy muy satisfecho y contento por esa etapa. Ha sido una experiencia muy interesante, pero o conviertes la política en profesión y te quedas en ella para siempre o recuperas tu vida profesional. Es lo que he hecho. Decidí dar un paso al lado cuando aún había cierta distancia con las elecciones autonómicas, para que no se interpretase incorrectamente la decisión.

Ha vuelto al origen, a la abogacía.

Sí, he vuelto al principio. Empecé con la abogacía, y con la abogacía en Aragón; de la mano de José Ángel Biel montando nada menos que el ente preautonómico y el Estatuto. Tras el paso por la bolsa, las empresas y la política, ahora he vuelto al principio. Este despacho es uno de los más grandes del mundo y te da una visión muy importante de lo que pasa hasta en el último rincón del planeta.

En la campaña de 2008 aventuró un escenario complicado y los hechos le dieron la razón. ¿Ahora tendría que augurar un panorama aún más complicado?

Bueno, estamos donde estábamos. Es como cuando estás enfermo y te tienen que operar o dar un tratamiento de choque. Sales curado y vacunado, para lo que pueda venir. Las crisis son momentos de oportunidad para dar los pasos que hay que dar. Si lo haces, adelantas a los que no lo saben hacer o no lo quieren hacer.

¿Y si no lo haces?

Pues la crisis se te lleva por delante. Es así de claro. Hace falta analizar bien, explicarlo y dar ejemplaridad. Es momento de que la acción acompañe la palabra.

Llegados a este punto, ¿hay margen para reconducir la situación?

Margen hay siempre. Los países no se mueren. El problema es si quieres quedarte con un país a la japonesa, con diez años de economía latente, o sales, haciendo los ajustes, con una fuerza increíble, como salió España en 1996.

¿Cree que durará esta crisis?

Depende de las medidas que se tomen. Creo que si aciertan el diagnóstico y se actúa, se saldrá rápido y bien. Claro que hay una política alternativa. España no está condenada a tener un 20% de desempleo o solo 12 millones de empleados.

Hay una tendencia a culpar de la situación actual al gasto excesivo de las comunidades. ¿Es así o es una versión interesada?

Hay comunidades y comunidades. Aragón creo que va en la buena dirección. Nunca hablo de Aragón imparcialmente, porque tengo ahí toda mi vida. No me meto en los impuestos o en las Cuentas de la Comunidad, pero lo que son sus vectores de crecimiento, creo que son un acierto. La apuesta por Plaza, por la nieve o por el Somontano, que hoy son una realidad. Y la apuesta por un turismo de calidad, como en el Matarraña y Albarracín, donde me he comprometido. También la apuesta por cambiar la cara a una ciudad como Teruel, que está con la autovía a una hora de Valencia, a una de Zaragoza y a dos y media de Madrid. Y estos grandes ejes del gobierno actual vienen también del anterior, y tienen que continuar con el próximo.

Persiste el problema de algunas infraestructuras que nunca se materializan.

Sí, por ejemplo la autovía entre Alcolea, Monreal, Alcañiz, Caspe y Mequinenza, que sería un eje clave para acelerar el desarrollo. Ese eje podía estar ya hecho perfectamente. También sería un impulso considerable que estuviese acabada la autovía entre Zaragoza y Canfranc, que pasa por Sabiñánigo y que va distribuyendo todas las estaciones del Valle de Tena y del Valle del Aragón. Otra tarea pendiente es la unión de las estaciones de esquí. Astún, Candanchú, Formigal... Creo que, con todos los claroscuros que queramos, se ha ido en una buena dirección. Ha habido un consenso de sociedad, de gobierno, de oposición.

¿Qué le parece Motorland?

Es una maravilla. Toma casi el relevo de la Expo, y además con permanencia. El día que se celebró en el circuito la prueba del mundial de motos, probablemente nos vio más gente que durante toda la exposición internacional. Y seguirá.

¿Será un motor para la zona?

Sí, por supuesto. Es un elemento de dinamización para todo el territorio. Estas actuaciones contribuyen a dinamizar todo Aragón, como pasa con Aramón, que no es solo el Valle de Tena. Está llegando su efecto positivo a Huesca, a Zaragoza... Y antes de poner en marcha Aramón, cuando hablábamos de lo que queríamos hacer, la gente nos miraba sin mucha convicción, pero ha funcionado.

Mientras no haya una buena conexión ferroviaria de Teruel con Zaragoza y Valencia será complicado completar ese impulso.

Ese tren también debería haber sido una prioridad. Y después hay otro proyecto que sería clave. En la Serranía de Albarracín. Ahí cabe y hay que montar un gran parque nacional, en el alto Tajo, como los que hay en los Estados Unidos, de 500.000 hectáreas, con toda la parte de Guadalajara, Cuenca, y Teruel.

Falta que un gobierno se fije en esa zona.

Está ahí, se acabarán fijando. Hay partes de Aragón que son diamantes en bruto.

¿El carbón tiene futuro?

Sí lo tiene. Es un sector que sigue teniendo futuro. El carbón tampoco es una maldición. Cuando la mitad del déficit de la balanza comercial de España son productos petrolíferos, que son derivados del petróleo que se están importando, hay que trabajar siempre que sea rentable en sustituir esas fuentes primarias de energía. Tener carbón no es ninguna maldición, el único problema es que hasta ahora, el CO2 se podía emitir sin ningún problema, y ahora te lo penalizan. Primer problema, hay que ver por qué nos penalizan.

Porque contamina.

Sí, pero también contamina el carbón de Estados Unidos, India y China y ellos no pagan por hacerlo. Y contamina también el de muchos países de Europa, que tampoco pagan, por cómo se negoció el protocolo de Kioto. España es el país que más paga por CO2 no siendo el que más emite por unidad de PIB. Y lo que más emisiones lanzan son coches y casas, así que no me pueden decir que en una comarca donde tenemos dos habitantes por km2, somos los que estamos ensuciando el planeta... Lo primero que tendría que ser es que paguen todos y que contribuyan todos, a pagar o a no emitir, pero que haya un trato igual.

¿Y respecto al problema de la contaminación?

Ahí sí se está trabajando muy bien. Hay que establecer mecanismos de absorción de CO2 para no contaminar. En cuanto se consiga, haremos una fuente de energía barata y no contaminante.

¿Cree posible un cambio político en Aragón en 2011?

Lo que deseo es lo mejor para Aragón, pero no me gusta hablar sobre política de Aragón. Una de las pocas condiciones que puse para participar en las pasadas elecciones generales fue precisamente no hacer política en Aragón. Deseo a todos lo mejor y deseo lo mejor para Aragón.

¿Su respuesta explica que dijese no a Luisa Fernanda Rudi cuando le tanteó para las próximas autonómicas y municipales?

Somos amigos desde hace muchos años. Colaboramos mucho cuando ella era alcaldesa y yo presidente de la Caja. Allí está la Torre de La Seo que fue, a instancias suyas, una de las contribuciones que hicimos para mejorar la zona. También hicimos el parque fluvial. Y la Caja regaló el Teatro Romano al Ayuntamiento de Zaragoza a cambio de nada... Le tengo una gran admiración y cariño. La relación ha ido creciendo y tengo la mejor de las opiniones.

Otro referente es Marcelino Iglesias. ¿Cómo lo ve como secretario de Organización del PSOE?

Le tengo también un gran aprecio y le deseo que le vaya muy bien. Tampoco lo conocía hasta que él llegó a la DGA y yo a Ibercaja. A partir de ese momento hemos colaborado mucho. Plaza, Aramón, Vinos del Somontano... Sin la colaboración de las instituciones no hubiera sido posible. Lo hará bien en su nuevo cargo porque tiene la tenacidad de los aragoneses. Además tiene buena mano, porque es una persona que no crispa.

¿Cómo valora la situación de las Cajas de Ahorro?

Han sido parte de mi vida, y lo seguirán siendo, porque eso no se abandona. Deben seguir existiendo. Deben buscarse elementos para que sigan cumpliendo su principal función, que también es social, que es insuflar capitales a la vida económica.

Pero ahora hay importantes problemas de liquidez.

Por eso hay que resolverlo cuanto antes. Lo que no se puede es no resolver el problema. Y no se está resolviendo. Hay que ver cómo se afrontó la crisis de General Motors. Tuvo un proceso concursal, que se resolvió muy rápido y ya está otra vez capitalizada en bolsa, produciendo coches y ganando dinero. El problema del sistema financiero español se debió resolver en seis meses. Otro ejemplo es Citibank, que estaba mucho peor y se ha reactivado.

¿Pero por qué nadie se atreve a tomar las medidas y a actuar de forma rápida?

Hay que coger el toro por los cuernos. En Endesa nos encontramos al tiempo con tres crisis diferentes y 26.000 millones de deuda. En dos años estaba en 16.000. Para demostrar que íbamos en serio, lo primero que hicimos fue bajar el sueldo de todos los directivos. Ahora, si en vez de eso, hubiésemos dejado que la deuda siguiese en 26.000 o 30.000... Endesa no habría pasado de ganar 1.200 millones a ganar 3.000, como ocurrió. Y no habría pasado de valer la acción 8 euros a 22 y luego 44.

¿La forma de encarar la deuda vale también con los municipios?

Vale con todo. La gestión económica es la misma la de un ama de casa, un gobierno autonómico, un municipio o una empresa. Es lo mismo. Si gastas un euro más de lo que ganas te empobreces y si gastas un euro menos te enriqueces.