HOMENAJE

Graus recuerda con emoción a Costa, su vecino más ilustre, en el centenario de su fallecimiento

La ofrenda ante su estatua abrió los actos de conmemoración previstos para este añoMarcelino Iglesias destacó la validez de sus estudios para entender la España moderna.

Numeroso público y autoridades asistieron al homenaje ante la estatua dedicada a Costa en Graus.
Graus recuerda con emoción a Costa, su vecino más ilustre, en el centenario de su fallecimiento
J. BLASCO

Dicen las crónicas de la época que el 8 de febrero de 1911 reinaba en Graus un intensísimo frío que no hizo mella en los cientos de personas que se agolpaban en la calle frente a la residencia de Joaquín Costa para rendir homenaje a su ilustre convecino que acababa de fallecer. Un siglo después, una suerte de primavera anticipada acompañó ayer el inicio de los actos con los que en los próximos meses se recordará al genial polígrafo en el centenario de su fallecimiento. Tampoco faltó ese calor humano que, pese a su genio, Costa sintió siempre en Graus.


El presidente del Gobierno de Aragón, Marcelino Iglesias, quiso estar presente en este arranque de la conmemoración para el que se eligió la villa a la que Costa se retiró para pasar sus últimos años, a la que, como señalaba la alcaldesa, María Victoria Celaya, «Costa le dio afecto y de la que recibió un cariño inmenso» y cuya impronta permanece viva en los vecinos. También asistieron la consejera de Cultura, María Victoria Broto, o el Justicia, Fernando García Vicente, entre otras autoridades.


Manteniendo una cita que se repite desde hace cuatro décadas, la población abrió esta conmemoración que pretende revitalizar entre los españoles el pensamiento de una de las figuras intelectuales más atractivas de la España a caballo de los siglos XIX y XX.


Ante el monumento en su honor levantado por cuestación popular pocos años después de su muerte, la alcaldesa recordó el carácter europeísta «que se advierte en la obra» de un Costa que «a fuerza de ser aragonés fue universal».


La estrecha relación entre Graus y el pensador también fue puesta de relieve por Marcelino Iglesias, para quien este afecto «plasma el de todos los aragoneses con quien retrató esta tierra como nadie lo había hecho antes». Un Costa en cuya figura «confluyeron cualidades humanas e intelectuales excepcionales», según Iglesias, que ve en este centenario «una oportunidad única para profundizar en su pensamiento». El presidente aragonés abogó, así mismo, por dirigir a la figura y a la obra de Costa una mirada «que huya de la mitificación interesada» para entender la España contemporánea.


Los escolares leyeron textos y citas sobre la evolución personal e intelectual del polígrafo para depositar luego ante su estatua una sencilla ofrenda floral en uno de los momentos más emotivos.


Muy emotivo fue también el posterior descubrimiento de una placa en honor de José María Auset Viñas, sobrino nieto de Costa definido por la alcaldesa como «cuidadoso albacea del legado costista y estudioso de su obra». Para Iglesias, este homenaje paralelo supone «un acto de justicia» por el esfuerzo que Auset dedicó a preservar los archivos costistas. «Los más prestigiosos estudiosos encontraron en Auset un generoso apoyo a la hora de adentrarse en el conocimiento del polígrafo», dijo.


A continuación, en el Espacio Pirineos se proyectó el documental 'Pasión por el saber', una producción de la Corporación Aragonesa de Radio Televisión realizada por Eugenio Monesma. Para cerrar este acto, la Camerata de Aragón ofreció un programa que incluyó el estreno de la obra 'La voz de los vientos', compuesta por Óscar Escudero para la ocasión.