«Fuera nos pagan por lo que aquí se hace gratis»

Las oportunidades laborales animan a dos jóvenes ingenieros a mudarse a Alemania para hacer sus prácticas y proyectos.

Jorge y Santiago, ayer en el campus Río Ebro casi recién aterrizados desde Alemania.
«Fuera nos pagan por lo que aquí se hace gratis»
JOSé MIGUEL MARCO

Nadie te regala nada y empezar es complicado como en todos los sitios, pero si te lo trabajas, no hay límites para subir. El esfuerzo se premia mucho. Ahí esta la gran diferencia entre España y Alemania». Santiago Martínez, de 24 años, es uno de los jóvenes aragoneses que ha cruzado la frontera para formarse y trabajar. Lo hizo hace año y medio auspiciado por una beca Erasmus en Aachen -distrito alemán de Colonia-, donde cursó sus estudios de Ingeniería Industrial. Allí se ha quedado con sus prácticas y el proyecto.

Por la misma senda académica ha caminado su compañero Jorge Gracia (27 años), también alumno de Ingeniería Industrial, que ahora trabaja en el centro WZL de Aachen gestionando los plazos de un proyecto para construir un edificio de investigación sobre logística. «Hago prácticas en un campo que me interesa y a la vez me sirve para preparar la tesis. Allí las prácticas se consideran de otra manera. Te pagan por lo que aquí se hace gratis o por muy poco dinero», explica este joven zaragozano.

En España, las prácticas rara vez suelen ser remuneradas, solo en determinados proyectos a los que acceden un número limitado de estudiantes. En Alemania se cobran unos 9 euros a la hora. «Es una buena cantidad teniendo en cuenta que somos estudiantes», recuerda Santiago. «Y con la diferencia de que en España se trabaja a jornada completa y allí son unas 12 horas a la semana. El sistema es más flexible, pero también más exigente. Hay que cumplir», matiza Jorge.

Una deseada vuelta a casa

Jorge y Santiago -que pasan unos días en Zaragoza para terminar sus últimos exámenes- coinciden en que el sistema alemán resulta a priori más atractivo y le ven más posibilidades para encontrar un buen empleo. No obstante, al hablar del futuro ambos piensan en regresar a casa.

«Cuando termine con el proyecto enviaré currículos y miraré si puedo encontrar algo por Zaragoza o cerca, pero por lo que me cuenta la gente que ha acabado, no está bien la cosa, no hay muchas salidas», relata Santiago. Él trabaja ahora en el departamento de seguridad e ingeniería nuclear del centro Fzjülich. Allí se emplea en diseñar y calcular el flujo de combustible de un nuevo tipo de reactor nuclear más pequeño, seguro y sostenible. «Salí fuera para seguir esta línea porque en Zaragoza no podía hacerla. Me gustaría volver y trabajar en el campo de las energías renovables, que es mi especialidad. Espero poder hacerlo», cuenta.

En busca de un salario digno

Jorge también mandará su currículo a empresas aragonesas y, si no consigue un contrato, ampliará su campo a Madrid y Barcelona. «Y lo seguiré extendiendo hasta que salga algo», apunta. «No pedimos sueldazos, sino un poco de estabilidad y un salario para poder cubrir nuestros gastos básicos, algo que no se puede hacer si cobras solo 500 u 800 euros», añade. Mientras tanto, continuará en el centro de la RWTH Aachen University con la dirección de proyectos de diseño de fábricas. «Lo ideal sería volver para hacer aquí lo mismo que he conseguido hacer allí», finaliza.