ENTREVISTA AL PRESIDENTE DE ARAMÓN

Francisco Bono: "Nos gustaría que Aramón tuviera menos deuda, pero no es preocupante"

El conflicto en torno a los suelos de Cerler ha dejado al grupo de la nieve sin ingresos a corto plazo. Pese a todo, su presidente asegura que el holding lo tiene todo controlado.

El presidente de Aramón, Francisco Bono, repasa en una entrevista concedida a HERALDO toda la actualidad del grupo aragonés de la nieve. En los últimos meses, la empresa mixta participada al 50% por la DGA e Ibercaja ha recibido varias sentencias y decisiones judiciales que respaldan su gestión. Sin embargo, el holding todavía tiene que hacer frente a muchos retos importantes: desbloquear la venta de los suelos que tiene en Cerler, poner en marcha la estación de Castanesa, cerrar la integración de Candanchú, sanear y relanzar la estación de Panticosa, desarrollar los convenios urbanísticos pendientes, hacer frente a las críticas que le siguen lloviendo desde los grupos ecologistas...


PREGUNTA.- Aramón ha vivido este invierno la mejor temporada de su historia. ¿Cuál es el estatus actual del grupo en el sector de la nieve?


RESPUESTA.- Nuestra situación ya era buena antes de última campaña, pero este invierno hemos ganado cuota de mercado pasando del 19 al 25% del mercado nacional. Y no ha sido porque el mercado haya crecido en su conjunto, sino que hemos quitado esquiadores a otras estaciones.

P.- ¿A cuáles?


R.- Creo que a todas. A Sierra Nevada no porque está muy al sur, pero principalmente a las estaciones catalanas, que son nuestra competencia directa, y también a las del valle del Aragón.


P.- Supongo que el objetivo ahora es consolidar ese aumento y seguir quitándole mercado a Cataluña.


R.- Sí, pero tampoco podemos ser excesivamente optimistas, porque eso depende en parte de dos factores externos como son la gestión que hagan las demás estaciones y sobre todo el componente climático. No todos los valles tienen una climatología igual en invierno, así que por el hecho de que este año hayamos ganado cuota no podemos pensar que vamos a consolidarla. La consolidaremos, o no, en función de cómo vaya la próxima campaña.


P.- Si el tiempo acompaña ¿esperan consolidar ese 25% de mercado?


R.- Podemos consolidarlo bastante porque tenemos un punto fuerte respecto a los demás: el nivel de innivación artificial, que nos hace estar menos expuestos a la climatología. Además, las encuestas que hacemos nos dicen que los esquiadores que vienen se van muy satisfechos (el grado de satisfacción es del 97%), por lo que se puede prever que muchos volverán.


P.- ¿Cuál es el principal problema que tiene ahora mismo Aramón?


R.- La mayor dificultad para cualquier empresa de esquí es equilibrar la cuenta de resultados, porque en el sector no es fácil tener beneficios.


P.- El grupo acumula una deuda de unos 100 millones. ¿Cómo califica su situación financiera?


R.- En las empresas el volumen de deuda hay que relacionarlo siempre con los recursos propios y las previsiones de negocio. Una deuda es grande o pequeña en función de la solvencia de la empresa. La deuda que tiene Aramón es totalmente acorde con el plan de negocio de la compañía, porque para los bancos sus recursos propios son más que suficientes para darnos crédito. Y la previsión, desde luego, es disminuir la deuda en cuanto vayamos resolviendo los problemas que tenemos con los ingresos.


P.- Entonces ¿cómo ve la situación?


R.- La vemos normal. Nos gustaría que la deuda fuera menor, pero de ningún modo es preocupante.


P.- ¿En cuánto tiempo esperan reducir la deuda?


R.- Podemos decir que en dos o tres años máximo; pongamos tres años.


P.- ¿Cómo piensan hacerlo?


R.- Hay dos vías. Una es la propia explotación de las estaciones. A medida que van pasando los años, los gastos de amortización son menores, con lo que, aunque la cuenta de resultados pueda reflejar alguna pérdida, el flujo de caja es positivo y nos va permitiendo reducir la deuda. La segunda son los ingresos extraordinarios que esperamos recibir en su momento por desarrollos urbanísticos como el de Cerler, desarrollos que, aunque son de una entidad relativamente pequeña, sirven para aliviar la deuda.


P.- Pero el equilibrio financiero de Aramón depende mucho más de esos ingresos por los desarrollos urbanísticos que de la explotación de sus estaciones.


R.- Sí, pero porque esos ingresos extraordinarios llegan de golpe, en un solo año, mientras que el flujo de caja se produce año tras año.


P.- Por eso no poder vender los suelos que el holding tiene en Cerler, les ha roto los esquemas.


R.- Efectivamente, eso nos ha supuesto una demora en la previsión de ingresas y, por tanto, en el plan de negocio.


P.- Una demora y un problema.


R.- Sí, pero un problema que a Aramón no le supone un gran perjuicio. Simplemente, de ir muy tranquilos financieramente hemos pasado a estar con la lupa. Insisto: es un problema porque nos ha desorientado nuestro plan de negocio, pero no un problema grave.


P.- Han tenido que reorientar su plan de negocio. ¿Cómo lo han hecho?


R.- Refinanciando parte de la deuda, ajustando los costes y con una ampliación de capital que hubiera sido menor en caso de haber tenido los ingresos por los suelos de Cerler. Como gestor me preocupa, pero simplemente tenemos que pedalear más para que todo ajuste. En una perspectiva a largo plazo puede modificar un poco los tiempos, pero nada más.


P.- Hablando de plazos ¿cuándo podrán contar con los ingresos procedentes de los desarrollos urbanísticos en Sallent y Panticosa?


R.- Si algo hemos aprendido estos años es que es mejor no ponerse plazos. Debemos gestionar bien para que las cosas lleguen, pero sin marcarnos plazos.


P.- Pero en Sallent están a punto de firmar un convenio urbanístico con el Ayuntamiento. ¿Para eso tampoco hay plazos?


R.- El convenio creemos que lo firmaremos a muy corto plazo. La sintonía con el Ayuntamiento es muy buena, pero este tipo de acuerdos tienen muchos aspectos que hay que ir ajustando. El desarrollo urbanístico llegará en dos o tres años.


P.- ¿Y el de Panticosa?


R.- Para ese no tenemos un plazo. De verdad que preferimos no hacer previsiones.


P.- Esa estación (Panticosa) es la menos viable del grupo. Por eso Aramón y la empresa juguetera Imaginarium estudian poner en marcha allí un parque de ocio infantil. ¿Qué se busca con el proyecto?


R.- La estación de Panticosa tiene que diferenciarse de las demás. Igual que a Formigal se le ha dado una orientación de gran estación y a Cerler se le ha dado un enfoque más montañero, Panticosa debe tener su propio rasgo, y pensamos que tiene que ser el de una estación muy familiar complementada de forma intensiva con otras actividades que no sean el esquí. De ahí viene ese proyecto con Imaginarium que busca dotar a Panticosa de unos alicientes distintos.


P.- Como presidente de Aramón, lo ve con buenos ojos.


R.- Sí, desde luego. Estoy al corriente de los detalles y lo hemos apoyado. Ahora estamos pendientes de cerrar un acuerdo que beneficie a ambas partes.


P.- Si la comisión ejecutiva da su visto bueno ¿se aprobará este mes?


R.- En agosto nos lo van a presentar, no podemos aprobarlo ese mismo día. Si la valoración que hacemos es positiva y está de acuerdo con la de Imaginarium lo aprobaremos. La impresión, en principio es buena. El proyecto va por buen camino, lo consideramos muy interesante para Panticosa y esperamos que llegue a buen puerto.


P.- ¿Cuándo se pondría en marcha?


R.- Estas cosas suelen funcionar en un par de años.


P.- Se lo pregunto porque no sé si Panticosa puede esperar mucho.


R.- Panticosa está dentro de Aramón y todas las demás estaciones del grupo van a ser solidarias con ella. Proporcionalmente, necesita más recursos que otras, pero este proyecto es el que tiene que sacar a Panticosa de las pérdidas en un plazo razonable. ¿Cuánto es un plazo razonable? Dos o tres años.


P.- ¿Cómo van las conversaciones con el Ayuntamiento de Benasque para desbloquear la venta de los suelos de Aramón en Cerler?


R.- Las negociaciones van por un camino más cordial que en tiempos pasados. Ambas partes estamos hablando sin precipitarnos para llegar a un acuerdo que contente a todos. Se está avanzando, y si alguien pregunta al Ayuntamiento de Benasque, dirá lo mismo. ¿Dar un plazo para el acuerdo? Como hay varios temas, prefiero no ponerlo para no presionar a nadie.


P.- Pero la negociación sigue dejando al margen a los demandantes.


R.- Totalmente. En eso nuestra postura no va a cambiar. Cuando hablamos de llegar a un acuerdo nos referimos a revisar el convenio que firmamos con el Ayuntamiento de Benasque. Nada más.


P.- ¿Por qué se ha llegado a esta situación de total bloqueo?


R.- De verdad que no lo sé, y las sentencias judiciales me reafirman en ello. Nosotros hemos actuado de una manera transparente y correcta y así ha quedado reconocido. Lo digo con toda sinceridad.


P.- ¿Han hecho autocrítica? ¿Han podido equivocarse en algo?


R.- Es posible, pero hasta ahora no encontramos en qué. Había un convenio firmado, unas inversiones previstas, todo estaba hecho de forma transparente…


P.- En Cerler se teme que las plusvalías por la venta de los suelos vayan a otra estación.


R.- Hay una cosa muy clara: la Ley de Sociedades Anónimas prohíbe taxativamente el desvío de fondos fuera de la sociedad Fomento y Desarrollo del Valle de Benasque. Por tanto, legalmente es imposible que los ingresos por la venta de los suelos de Aramón en Cerler vayan a otra estación.


P.- El Ayuntamiento de Benasque les acusa además de haber incumplido el convenio que firmaron.


R.- (Pausa) Estoy pensando de memoria cuál podría ser y no se me ocurre ningún incumplimiento. Había alguna partida pendiente de que recibiéramos los ingresos por la venta de los suelos, pero en las demás hemos cumplido.


P.- Aunque se llegue a un acuerdo con el Ayuntamiento y los terrenos puedan venderse, los demandantes dicen que llegarán hasta el Supremo. Eso son muchos años con la amenaza de la reversión.


R.- Esa amenaza siempre la tenemos, pero no podemos trabajar condicionados por una hipótesis que creemos que nos se van a producir.

P.- Supongo que si hubieran sabido la que se les venía encima se hubieran preocupado más por entregar los suelos comprometidos con los vecinos de Cerler.


R.- Nosotros enviamos unas cartas comunicando a los propietarios que estábamos a su disposición para ver cómo se formalizaba la entrega. De hecho, hubo algún vecino que los recibió.


P.- Pero esos terrenos debían estar urbanizados, y no era así.


R.- Pero la cosa estaba así, y algún propietario los recibió. ¿Que podíamos haber sido más diligentes? No se me ocurre cómo. Si hay que hacer autocrítica, la hacemos, pero no sé qué se nos puede achacar.


P.- Otra negociación en marcha es la de la integración de Candanchú en el grupo Aramón. ¿Cómo va?


R.- También avanza. Ahora estamos en la fase de análisis de toda la información que nos dieron sobre la estación. Las dos partes estamos de acuerdo en contratar a una empresa independiente para que nos ayude en la valoración, pero eso aún no ha llegado.


P.- Parece que para esta próxima campaña la incorporación aún no será efectiva.


R.- No lo sé. No estamos seguros, pero tampoco lo descartamos. Depende de que nos pongamos de acuerdo pronto en las valoraciones. Nosotros seguimos con nuestro plan de trabajo sin incluir a Candanchú. Cuando llegue, lo reorganizaremos todo.


P.- Pero el anuncio de que empezaban las negociaciones formales levantó muchas expectativas.


R.- Es lógico que en el valle del Aragón esto levante expectativas, porque para la zona es una operación importante. Lo que pasa es que todos debemos actuar con la cabeza fría. No podemos correr, y menos cuando se ve que estamos avanzando.


P.- Ya se ha aprobado el nuevo Plan General de Montanuy, aunque va a ser recurrido en los tribunales. ¿Cuándo esperan poner en marcha la estación de Castanesa?


R.- Sería razonable que en tres o cuatro años, contando el tiempo para obtener todas las autorizaciones.


P.- Pero usted dijo que tardaría en desarrollarse 15 o 20 años.


R.- Cuidado. La estación de Castanesa es un proyecto a medio plazo, pero todo lo demás, el desarrollo turístico paralelo, que no le corresponde a Aramón, sí será a muy largo plazo. Los promotores serán los que decidan qué se hace y en cuánto tiempo: hoteles, campos de golf, viviendas... Aramón solo es responsable de la estación de esquí.


P.- Pero muchos de esos promotores desarrollarán los suelos vendidos por el grupo y volverán a lloverles las críticas de algunos sectores.


R.- Sí. Pero yo lo que he dicho siempre es que estamos deseando que nos digan otra fórmula para hacer un desarrollo medido de los valles que además sea viable económicamente. De momento no la hay, y recuerdo que en otros sitios han utilizado otras vías y han acabado en situaciones muy indeseables.


P.- Se refiere a Cataluña.


R.- Cataluña tiene varias estaciones en quiebra. Cinco son totalmente públicas, y el resto reciben ayudas. ¿Hasta qué punto tienen que darse ayudas públicas en detrimento de otras actividades? ¿Es eso un modelo asumible? Yo creo que no. En mi opinión es mejor una fórmula que les permita buscar su propia financiación dentro de unos parámetros de sostenibilidad. Desarrollos de suelo bien medidos y con dos condiciones: que los ordenen las administraciones, no Aramón, y que el dinero que se obtenga revierta íntegramente en el valle del que sale.


P.- Luego Aramón seguirá financiándose con desarrollos urbanísticos.


R.- No. Debemos tener perspectiva histórica y no perder de vista que hasta que se constituyó Aramón hubo varios años en los que sus estaciones no hicieron ninguna inversión. Eso había que compensarlo a corto plazo, y obligó a hacer inversiones fuertes al principio que solo podían financiarse con desarrollos urbanísticos. Pero de aquí en adelante no habrá que repetirlo, sino que cada año se harán pequeñas mejoras que se financiarán con la explotación.


P.- O sea que, después de Cerler, Sallent, Panticosa y Castanesa no habrá más convenios urbanísticos para generar plusvalías.


R.- No. Esos suelos los desarrollaremos en seis o siete años, pero las siguientes inversiones no tienen por qué requerir en absoluto nuevos desarrollos urbanísticos. Además, los desarrollos urbanísticos no financian toda la inversión que hacemos, sino un 30 o un 40%. Lo suficiente para que esa inversión no nos agobie financieramente.