EL GASTO DE LA SANIDAD

Expertos dudan de la eficacia de publicar en la web el coste de la atención sanitaria

Coinciden en la necesidad de concienciar a los ciudadanos del gasto de los servicios y plantean otras medidas "no para hacer más cosas sino para acometerlas mejor".

Con buenos ojos pero con dudas sobre su efectividad. Así recibieron ayer diferentes expertos consultados por este diario la iniciativa del Departamento de Salud del Gobierno de Aragón de publicar en la web el coste de la atención sanitaria, la conocida como factura sombra. Todos admitieron dificultades para aventurar qué efectos tendrá sobre los usuarios, pero sí reconocieron que es necesario concienciar a los ciudadanos del gasto que conlleva la sanidad.

Entre otros importes, se informará, por ejemplo, de que el precio de un parto asciende a 1.869 euros (natural) y 3.028 euros (cesárea); una operación de cataratas cuesta 1.533 euros de media; y una prótesis de cadera, 12.120.

El ex presidente de la Asociación española de Economía de la Salud, Enrique Bernal, consideró "muy importante" que haya conciencia de lo que cuesta el sistema sanitario. "Hay que ser transparentes porque la ciudadanía tiene la impresión de que las cosas no cuestan nada. Solo hay percepción de gasto cuando se compra la receta verde", explicó Bernal, que opina que entregar la factura personalizada quizá tendría más efecto. Incluso fue más allá y planteó detallar también las atenciones de las enfermeras, del médico... aunque reconoció que el coste administrativo "no estaría justificado". Y enmarcó esta iniciativa en una estrategia de tomar conciencia, también para los profesionales. Bernal alertó además de que racionalizar el gasto "no significa cortar sino utilizar los recursos mejor". Por eso, consideró que "el sistema sanitario está pensado para hacer cada vez más cosas y no para hacerlas mejor".

El vicepresidente de la Sociedad Aragonesa de Medicina Familiar y Comunitaria (Samfyc), Javier Perfecto, recordó que "los servicios sanitarios los pagamos entre todos, pero los ciudadanos tienen que saber que todo tiene un coste". No obstante, advirtió de que no hace falta implantar la factura sombra para informar del coste de los servicios, que se encuentra fácilmente en internet. "La concienciación puede conllevar un ahorro, pero hay que tomar otras medidas", apuntó Perfecto. La propia consejera de Salud, Luisa María Noeno, ya dejó claro durante la rueda de prensa de presentación de esta iniciativa que no se trataba de una medida de ahorro, a la vez que solicitaba la colaboración de los proveedores y profesionales para recortar.

Perfecto planteó varias alternativas en este sentido: mejorar la gestión sanitaria con menos burocracia, potenciar la atención primaria "para convertirla en la verdadera puerta de acceso al sistema", mejorar las condiciones de trabajo y actuar en el ámbito de las incapacidades temporales que "suponen mucho dinero y se alargan por las listas de espera".

El decano de Medicina, Javier Castillo, recalcó que el "coste administrativo de gestionar esta información no compensa". "No creo que sea disuasorio, aunque sí crea conciencia porque parece que no se valora lo que no se conoce el coste", detalló Castillo, que consideró mejor opción hacer una factura personalizada aunque admitió el elevado coste que supondría. No obstante, especificó que la sostenibilidad del sistema "es esencial" y declaró que "entre todos, hay que sustentarlo". "Yo exigiría mucha responsabilidad a los usuarios, a los profesionales y, sobre todo, a los políticos que definen una cartera de servicios que debe ser adecuado", subrayó.

El diputado del PP y ex director médico del Hospital Miguel Servet, Ricardo Canals, consideró que más que una factura sombra se trata de "una tarifa de precios que solo puede ver el que tiene acceso a internet". "La utilidad es escasa. Dudo mucho de que esto sirva para que los pacientes acudan menos al hospital. La gente no va cuando quiere, sino cuando no tiene más remedio y es el médico de puertas el que le dice si entra o no", recalca. También cuestionó que sirva para reducir el gasto. Para lograrlo, abogó por "un buen programa político y saber cuánto cuesta a los aragoneses la sanidad. "Nunca ha coincidido el presupuesto presentado con la liquidación del coste. Este desfase ha sido en ocasiones del 10% o el 12%. El año pasado fue de 250 millones más de lo previsto y no sabemos a cuánto asciende la deuda", criticó.

Lorenzo Arracó, del sindicato médico CESM, fue el más duro en sus palabras. Tildó de "populista" la medida y dijo que donde hay que gastarse el dinero es en educar a la población. "Hay que explicar que no hay que derrochar recursos sanitarios", propuso Arracó. En cuanto a posibles medidas, apuntó la de recortar puestos directivos y aumentar "indios" y devolver las transferencias a Madrid. "Aquí no saben gestionar", denunció.