CARLOS LÓPEZ OTÍN

"Estudiamos algo tan complicado y tan simple como la vida"

Carlos López Otín (Sabiñánigo, 1958) lleva casi veinte años trabajando

Carlos López Otín, ayer, en su lugar de trabajo de la Universidad de Oviedo.
"Estudiamos algo tan complicado y tan simple como la vida"
la nueva españa

Carlos López Otín (Sabiñánigo, 1958) lleva casi veinte años trabajando para dar respuesta a enfermedades como el cáncer y descifrando el genoma humano. Ahora, recibe este galardón lleno de satisfacción.

 

¿Se esperaba este reconocimiento?

No, porque hay grandes investigadores en Biología Molecular en España y es ya un premio verse nominado. Cuando la ministra me dijo que me habían apoyado investigadores de más de 20 países diferentes me sentí sumamente agradecido.

 

La Biología Molecular parece algo muy lejano para la mayoría de la gente. ¿Qué tipo de trabajo se le está premiando?

Nosotros tratamos de algo tan simple y a la vez tan complicado como es entender la vida y las enfermedades. A través de estudios moleculares intentamos desentrañar las piezas que componen el cáncer, la evolución humana...

 

¿Y ahora? ¿Están inmersos en algún nuevo proyecto?

Hemos sido seleccionados como uno de los ocho grupos que abordarán ciertas alteraciones moleculares que intervienen en la aparición de los tumores durante los próximos diez años. Nosotros estudiaremos, en concreto, un tipo de leucemia.

 

Este premio supondrá un revulsivo para usted...

Así es. Llevamos casi 20 años investigando y a veces es muy duro porque no se obtienen resultados. Llegas a sentir cansancio, pero un reconocimiento como este lo compensa todo, es lo máximo.

 

¿A quién le dedicaría este premio? ¿A su equipo? ¿A su familia?

Primero a mi grupo de investigación y a toda esa gente joven que llega llena de fuerza, a la que espero poder transmitirle todo mi conocimiento. Después, sin duda, a mi familia, tanto a la que está conmigo en Oviedo como a la que quedó en Aragón. Porque, además, recibir el premio que lleva por nombre el de Santiago Ramón y Cajal supone una razón de orgullo más para mí.