INCENDIOS

Escultor, deportista y muy querido

La muerte de Ramón Conejero Belmonte, casado y con dos hijos -una joven universitaria y un adolescente de catorce años- ha causado una gran conmoción en la ciudad de Teruel, donde tanto él como su esposa y su hermana, que regenta una carnicería familiar, eran muy conocidos y apreciados.


De carácter alegre y bondadoso, como lo describen sus más allegados, era un hombre polifacético, y destacaba por sus aficiones tanto en el mundo del arte, con grandes esculturas diseminadas por varias localidades de la provincia, como en el panorama deportivo, con el golf y la pelota vasca como principales aficiones. Solía frecuentar el campo de césped natural de Alcalá de la Selva.


En el mundo del arte, junto con su esposa, la veterinaria María José Guillén, Conejero había realizado los conjuntos escultóricos encargados por Fomento en diversas rotondas de carreteras nacionales. En el cruce entre la N-420 y 211, en Montalbán, ejecutaron la obra 'Bailando sobre el carbón'; en la autovía Mudéjar, a la altura de Sarrión, llevaron a cabo una obra titulada 'San Jorge'; y en Santa Eulalia, en el cruce con la N-234, un trabajo alegórico sobre el pueblo. La última de sus obras, realizadas en acero corten, se inauguró a principios de este año en la vía perimetral de Teruel. Dedicada a las víctimas del terrorismo, la composición se basaba en el vuelo libre de un grupo de mariposas.


El bombero fallecido perteneció hace una década al club de pelota Punto Amarillo. Su actividad en este colectivo disminuyó sensiblemente, sin embargo, hace unos años debido a un grave accidente de moto que sufrió en la zona de la Fuenfresca de Teruel. La larga rehabilitación a la que tuvo que estar sometido le alejó momentáneamente de los deportes.


Sus compañeros del parque de la Diputación Provincial se encontraban ayer desolados por el suceso, el más trágico de los vividos hasta ahora por el colectivo. Nadie daba crédito a lo ocurrido, y afirmaban que tardarán en recuperarse del trágico golpe del destino.


Ramón Conejero Belmonte había ingresado en la plantilla del organismo provincial en noviembre de 1990. Su primer destino, fue, no obstante, en la dotación de bomberos de Alcañiz. En estas instalaciones recibieron también ayer la noticia con gran consternación.