AGUA

Entre el 10 y el 30% de los tramos de río de la cuenca incumplen sus caudales ecológicos

El nuevo plan de la demarcación elevará esos niveles mínimos y los convertirá en una restricción obligatoria.

Entre el 10 y el 30% de los tramos de río de la demarcación no respetan los caudales mínimos fijados por el actual Plan Hidrológico del Ebro. Ese porcentaje de incumplimientos varía en función de la época del año, pero con la aprobación del nuevo plan de cuenca que está elaborando la Confederación los caudales ecológicos se convertirán en una restricción ambiental de obligado cumplimiento a la que solo podrán anteponerse los abastecimientos urbanos.


La CHE recuerda además que todos los estudios realizados hasta ahora coinciden en que el nuevo régimen de caudales que entre en vigor a partir del año que viene deberá ser "claramente superior" al establecido actualmente, lo que puede condicionar algunos de los usos actuales y también los futuros generando costes económicos y sociales "elevados". El organismo de cuenca insiste en que hay que tener en cuenta este nuevo condicionante a la hora de plantearse aspectos como la ampliación del regadío o las regulaciones pendientes.


El plan de cuenca actual -que se redactó en 1996- fijó un régimen "provisional" de caudales ambientales que, "a falta de estudios específicos", adoptaba como nivel mínimo el 10% de la aportación media en régimen natural -es decir, sin tener en cuenta las obras de regulación-. En los tramos de río más caudalosos ese porcentaje se redujo al 5%, y para el Delta se optó por marcar un volumen constante de 100 m3/s.


Las zonas con más problemas


Según el documento preparatorio del nuevo Plan Hidrológico del Ebro elaborado por la CHE, ese régimen orientativo establecido hace una década produjo una mejoría "en algunos puntos, pero no generalizada". "Más bien, refleja una tendencia a la estabilidad, sin empeoramiento de la situación", detalla el texto.


El incumplimiento de los caudales mínimos orientativos se produce, principalmente, en cuatro tipos de cauce: los tramos bajos de los ríos afectados por regadíos de aguas arriba; los tramos situados aguas abajo de algunos embalses que maximizan el almacenamiento de agua en invierno; los tramos de río puenteados por aprovechamientos hidroeléctricos; y los ríos de carácter más mediterráneo de la margen derecha.


En esas zonas, las importantes demandas y la regulación alteran las características del medio fluvial provocando la desaparición de especies autóctonas, cambios en la morfología del río y otros efectos negativos que se evitarían con un régimen de caudales mínimos que permita el buen estado de cada masa de agua.


No obstante, a la hora de valorar la situación de la cuenca deben tenerse en cuenta algunos condicionantes. El más importante de todos es que el régimen de caudales fijado por el Plan Hidrológico del Ebro de 1996 afectaba solo a las nuevas concesiones y no a las ya existentes, lo que significa, por ejemplo, que los grandes sistemas de regadío no están obligados a cumplirlo.


Además, la propia CHE ha reconocido siempre que ese 10% de la aportación media establecido como referencia es un caudal constante, general y no modulado que por tanto no se adecua a la realidad hidrológica y ambiental de cada río -sobre todo, de los de la margen derecha, que son más irregulares-.


Los nuevos objetivos


El futuro Plan Hidrológico del Ebro se propone, en cumplimiento de lo decretado por la Directiva Marco del Agua, fijar un nuevo régimen de caudales ambientales que -ahora sí- condicionará todas las concesiones de la demarcación y tendrá en cuenta las variaciones que sufren los ríos a lo largo del año. En el documento preparatorio del plan de cuenca, la Confederación detalla que el sistema que se implantará a partir del año que viene incluirá unos caudales mínimos y máximos, la distribución temporal de unos y otros, caudales de crecida...


El proceso para la puesta en marcha del nuevo régimen de caudales ya ha comenzado. El Ministerio de Medio Ambiente, Medio Rural y Marino adjudicó hace unos meses los trabajos para determinar cuáles deben ser los niveles de agua mínimos que deben respetarse siempre en cada río -exigencias que se relajarán en caso de sequía prolongada-.


Proceso de concertación


Una vez calculados todos los caudales ecológicos, la CHE iniciará un proceso de concertación para determinar definitivamente el nuevo régimen y decidir cómo se implantará en las zonas de la cuenca en las que estas exigencias ambientales condicionen de forma significativa las concesiones asignadas.


Entre los mecanismos previstos por la Confederación para la aplicación de los nuevos caudales ecológicos en esos tramos conflictivos destacan los acuerdos voluntarios que resarzan la pérdida de derechos concesionales con inversiones u otro tipo de compensaciones.


Otra línea de trabajo consistirá en fomentar la modernización de regadíos para ahorrar agua y poder reducir concesiones, y también se prevé facilitar la turbinación de los caudales ecológicos como fórmula para sacarles un provecho económico que compense posibles renuncias.

Los regantes ya han anunciado que la cuestión de los caudales ecológicos será una de las más polémicas del nuevo plan de cuenca, pero la Confederación insiste en que será posible llegar a un acuerdo con todos los implicados.