Vótame, amueblo en Ikea

Las sedes de los partidos esconden secretos, curiosidades... y muchos, muchos muebles suecos.

La sede del PAR
La sede del PAR
Laura Uranga

'Amueblado en Ikea' es a las sedes de los partidos aragoneses lo que 'la fiesta de la democracia' a la jornada electoral. Un cliché que no sólo tiene su parte de verdad -la multinacional sueca tiene un nicho muy importante en el cada vez más amplio espectro político español- sino que se ha convertido también en bandera de muchas de las formaciones en un momento en que la racionalidad de los recursos es, junto a la transparencia y la regeneración de la clase política, uno de los lugares comunes favoritos de los jefes de campaña. El caso es que si uno va a apuntarse como militante de su formación preferida lo más normal es que acabe garabateando sus datos personales en una mesa calcada a la de su comedor, sentado en una silla con varios miles de réplicas por todo el mundo y puede que hasta lo haga con uno de esos lápices que 'regalan' cuando uno acude a la superficie comercial. Vaya cuadro.


Y hablando de cuadros, ¿hay uno de Cecilia Giménez (la borjana que 'apañó' el eccehomo) en el despacho de un cargo del PSOE aragonés? Al menos ésa es la sospecha que se tiene en la sede del partido, donde más de uno y de dos se han acercado a la estancia para comprobar que, efectivamente, la pintura lleva un 'C. Giménez' como firma. Una pequeña anécdota de un edificio con historia y en el que la mayor parte de las obras que adornan sus paredes corresponden a Emilio Alfaro Gracia, concejal en el Consistorio zaragozano desde 1991 hasta su muerte en 1994. El cuartel general del PSOE es una demostración de músculo en toda regla. Es la instalación política de la capital aragonesa de mayor tamaño: cuatro alturas de considerables proporciones en la antigua sede de Transportes Ochoa en Conde Aranda 138. Nada más atravesar la puerta de entrada, un arco detector de metales recibe al visitante y le recuerda que no hace demasiado tiempo estar en política entrañaba un importante riesgo. La planta baja es la más institucional, con un pasillo largo y ancho adornado por dos estampas de proporciones faraónicas de Lambán y Pérez Anadón. Unos metros por delante espera el gran salón de actos, con más de 300 butacas y una escenografía muy cuidada.


Pero el bullir socialista se siente algunos escalones por encima. En el segundo piso trabajan a diario los cargos electos y varios empleados del partido. La planta, prácticamente sin reformar, guarda todavía la impronta de su etapa como empresa de transportes: la sala de juntas se mantiene en su ubicación original -aunque forrada con cartelería del partido-, en el suelo de todo el piso se nota el paso del tiempo y las placas de algunas puertas siguen bien aferradas a pesar del cambio de titularidad del edificio hace ya doce años. En esta planta está también el despacho del secretario general, Javier Lambán, una habitación no especialmente grande, pero sí muy luminosa y en la que predomina el blanco. "Es un despacho muy austero y con estanterías de Ikea", precisan desde el partido.


En la sede del PP todo está milimetrado. "La presidenta es muy perfeccionista, le gusta que todo esté calculado, que no se deje margen a la improvisación", apunta Fernando Ledesma, vicesecretario de organización. Eso explica que la estancia principal (en Gran Vía 9) pueda pasar por la oficina de una empresa cualquiera y que el silencio sólo se corte de cuando en cuando con el paso del tranvía, "nuestro hilo musical cotidiano", señala Ledesma con sorna. Antes de ser territorio azul, el inmueble pertenecía a una importante entidad bancaria. La división de los despachos y de las zonas de trabajo apenas se tocó con la llegada de los populares. En el piso, enmoquetado al estilo 'british', los trabajadores se dividen por áreas: gerencia regional, comunicación y redes, secretaría provincial... Junto a esta última hay un trabajador que se encarga de controlar a tiempo real la logísitica popular en materia de transporte. Y frente a él, la sala de reuniones donde a las 8.30 se marcan las pautas de trabajo diarias. Media hora después se incorpora al 'briefing' Rudi, que lleva una agenda a tres días vista. Las paredes del PP aragonés son bastante tradicionales: tienen carteles del partido -algunos con más de un proceso electoral a sus espaldas-, mapas de la Comunidad con etiquetas para facilitar la organización, calendarios con todos los actos y eventos que se actualizan a tiempo real... Y las mesas vienen de una tierra lejana y muy fría. "Sí, son de Ikea", confirma Fernando Ledesma. ¿Sabrán los partidos aragoneses que lo que separan las ideologías lo une el mobiliario?


Los populares han alquilado para la campaña otro local en la calle de Mariano Royo. En sus mesas desmontables del modelo 'Linnmon' trabajan estos días a destajo cargos electos y voluntarios. Está Pepe, que lleva 25 años encargándose de organizar el voto por correo, la concejal Paloma Espinosa al cargo de la organización de las más de 800 mesas electorales de Zaragoza y más al fondo, en una sala más amplia, se encuentran las chicas que ensobran papeletas para parar un tren. Al fondo de esta misma habitación hay una pequeña aula en la que cada tarde imparten cursillos express a los interventores y apoderados. El interminable merchandising popular -tienen caramelos, abrebotellas, mecheros, globos y hasta baterías externas de móvil- se apila con mimo en un pequeño almacén, cerrado con llave y con un estricto inventario.


El Chapas te da la bienvenida a la sede de Podemos. Este peculiar simpatizante de la formación morada se ha ganado el mote a la fuerza, por llevar siempre encima una ingente cantidad de chapas. Chapas del partido, de la bandera republicana, por la educación pública. De todo. Pero el Chapas no es el único que está en la sede. "Abrimos a las 9.00 de la mañana, eso seguro. Y cerramos... cuando nos vamos", explica Leandro Piragini medio en broma, medio en serio. Los chicos de Echenique tienen su centro de operaciones en el número 50 de la calle Predicadores, en pleno Casco Viejo, donde han reutilizado la hasta hace poco oficina del eurodiputado, que anteriormente ocupaba La Ciclería. Es una planta más bien pequeña (unos 90 metros cuadrados le estiman 'a ojímetro'), dividida en tres zonas: la entrada y espacio principal, diáfano, donde entre otros menesteres se dan las ruedas de prensa; la oficina, con cuatro puestos de trabajo; y el almacén, de aproximadamente un palmo de ancho por dos de largo, donde se apila la cartelería que cada noche salen a colocar y donde asoman varias botellas de refrescos de marca blanca.


¿Y adivina el lector de qué marca es el único armario que han comprado los chicos de Podemos? Una pista: el mueble tiene nombre de centrocampista escandinavo. El resto del mobiliario se ha ido formando con aportaciones particulares: las mesas, el microondas, ordenadores... la cafetera, 'WALL-E' -la llaman así por su parecido físico con el robot de Disney- la llevó un miembro de unos de los múltiples círculos. Mención aparte merece el cartel que reza "Estamos CASTA las narices", colocado justo frente al baño. "Lo primero que hicimos fue reformarlo para que fuera accesible", cuenta El Chapas con orgullo. La mano de pintura y el resto de chapuzas también las hicieron ellos mismos.


Juan, uno de los tres empleados del PAR, te recibe en la entrada de la sede con un fuerte apretón de manos. Presidiendo su mesa hay una pequeña bandera de Aragón -del corte de las que llevan los presidentes de Estados Unidos en el coche oficial- y tras ella, un gran logotipo del partido. Desde su sitio, un estrecho pasillo conduce al salón de actos, en el que los regionalistas llevan instalados varios lustros. El inmueble es sobrio, sin estridencias, y a pesar del trajín de la campaña guarda un orden bastante aceptable. Eso sí, la sala principal no se libra de varias cajas apiladas con pegatinas, carteles, papeletas para el 'mailing' y las cartulinas identificadoras de los apoderados e interventores. Ni tampoco de las sillas de una conocida firma radicada en un país que linda con Noruega y Finlandia.


En el segundo piso está el equipo de comunicación y la gerencia del partido, así como el despacho de presidencia. Los retratos de Costa y de Ramón y Cajal adornan el pasillo, en el que se abre una puerta que conduce al último de los pisos, en el que está el comité local. En el entresuelo hay una colorida vidriera que bien podría jalonar la iglesia de algún pueblo de la Comunidad.


Los miembros de Chunta no necesitan ir al gimnasio. Los 42 escalones que suben a diario para llegar a su sede ya suponen un ejercicio más que suficiente. CHA tiene su centro de operaciones en el primer tramo de Conde Aranda, en el primer piso (tras superar el entresuelo) de un edificio algo destartalado y sin ascensor. La formación se mudó ahí en 1996 y en sus más de 110 metros cuadrados siguen instalados casi 20 años después. "Era lo que entonces nos podíamos permitir, aunque ahora preferiríamos algo más accesible, a pie de calle", reconocen. El inmueble, que conserva el estucado original, tiene cuatro despachos y dos salas amplias. En una de ellas se celebra cada mañana, a eso de las 9.30, una reunión en la que se abordan los temas del día y se organizan los actos y la agenda del partido. La estancia, la más acogedora del piso, es utilizada a diario por una de las militantes más activas de la campaña para dar el pecho a su niña.


La bienvenida al piso la da una enorme fotocopiadora que no deja de funcionar en ningún momento -se sospecha que en cualquier momento va a explotar- y las paredes están llenas del ideario nacionalista: banderas de Aragón, fotos de Labordeta y de Costa, mensajes contra la violencia de género y textos en aragonés. También los escusaus (baños) están rotulados en lengua aragonesa. Todos los muebles de CHA fueron reaprovechados con el cambio de local de hace dos décadas. Todos, menos varias mesas blancas de trabajo que fueron compradas hace tres años en... ¿adivinan dónde?


UPYD ha vivido en los últimos meses momentos convulsos. Casi tanto como su hogar actual (en Fernando el Católico), que entre otras ocupaciones ha sido sala de bailes, zapatería, sucursal bancaria y, ahora, sede los magentas. El enclave conserva la distribución de su último propietario: la entrada donde estaba el cajero automático no ha cambiado, la sala de reuniones es el antiguo despacho del director y hasta se aprecia la marca que dejó la caja fuerte del banco en el suelo, un lugar que ahora ocupa la nevera, en el almacén. Las paredes están salpicadas por imágenes del partido, incluyendo un DNI de Rosa Díez a gran tamaño, uno de los carteles de la formación. La estancia principal también tiene un 'photocall' en el que se realizan las ruedas de prensa. Frente a él hay varias decenas de sillas... "Compradas en Ikea, que nuestros recursos son limitados", subrayan para sorpresa del lector.


Izquierda Unida estrenó local en 2012, un inmueble de unos de 200 metros cuadrados en la esquina de las calles Mayor y Refugio que en otros tiempos funcionó como tienda de muebles. "Era un espacio diáfano y tuvimos que levantar varias paredes", explica Juanma, uno de los trabajadores del partido. "En un par de fines de semana" le dieron una mano de pintura entre varios militantes y quedó listo para funcionar. Tiene un salón de actos, donde se reúnen cada día a primera hora para organizar la jornada, dos despachos para trabajar con más calma y una sala polivalente que estos días sirve de almacén. Y una cafetera Nespresso que con el trote que lleva quizá ni llegue de una pieza a la jornada electoral.


Como el resto de partidos, IU tiene decorado su refugio con carteles de la formación, eslóganes afines a su ideario y libros de todo tipo, todos relacionados con Aragón. Y unos muebles de bajo coste comprados en... "una empresa zaragozana de material de oficina de bajo coste que nos hizo muy buen precio". Casi.


Ciudadanos, el octavo partido del que se espera obtenga representación en las Cortes, no tiene por el momento sede. Pero de tenerla, es fácil imaginar quién suministraría sillas, mesas y estanterías...