EN PRIMERO DE ESO

El salto del colegio al instituto hace repetir a uno de cada seis alumnos

El cambio de centro y metodologías dificulta la adaptación de los jóvenes. Los expertos piden implantar un periodo de transición.El informe Pisa alerta de que, pese a los buenos datos de Aragón, el 39% de los jóvenes de 15 años no están en el curso que deberían.

Una profesora reparte en el instituto Miguel Catalán de Zaragoza las pruebas del conocido como Pisa aragonés.
El salto del colegio al instituto hace repetir a uno de cada seis alumnos
HERALDO

El informe de evaluación Pisa sitúa a los alumnos aragoneses entre los mejores de España en todas las materias, pero alerta de que el 39% no están en el curso que les corresponde cuando cumplen los 15 años. ¿Dónde pierden el ritmo? ¿Por qué se quedan atrás? El cuello de botella se produce en primero de ESO, cuando uno de cada seis estudiantes -unos 2.000 jóvenes- no adquieren los conocimientos suficientes y repiten curso.


La principal causa se encuentra en el salto que supone la transición de primaria a secundaria (a los 12-13 años). Entonces, los alumnos pasan de tener un maestro generalista a un profesor para cada asignatura, dejan de seguir al pie de la letra los manuales para comenzar a tomar apuntes y, en la mayoría de los casos, abandonan la escuela para empezar el instituto en un nuevo centro, rodeados de estudiantes mayores.


El cambio podría suavizarse con un refuerzo de las tutorías individuales y un seguimiento durante las primeras semanas de las mismas normas y rutinas que había en primaria: el modo de presentar las tareas, el sistema de corrección, las exigencias académicas, la utilización de la agenda personal y de clase... "El paso de una etapa a otra debe ser un proceso gradual en el que el alumnado descubre las costumbres del centro receptor y hace un esfuerzo por integrarse en él", explica Gloria Valls, profesora de instituto y autora del informe 'La transición de primaria a secundaria'.


Esta insiste en que para facilitar el cambio debe asegurarse una continuidad en el ámbito de enseñanza-aprendizaje, "algo que repercute positivamente en la autoestima de los jóvenes, su rendimiento escolar y su proceso de socialización", asevera.


Pero la ayuda a la adaptación al llegar al instituto no basta. Según los datos que maneja el Departamento de Educación, el curso de ESO en el que más se repite es primero (16,8% de los matriculados) y, aunque la cifra baja a medida que avanza secundaria, sigue dejando tasas elevadas: en segundo tienen que volver a hacer el curso el 14,5%, en tercero el 14,9% y en cuarto, el 8,9%. Algunos incluso repiten dos veces -el máximo legal- antes de acabar ESO. Si el estudiante sigue suspendiendo, se le pasa al curso siguiente de manera automática.


Estos porcentajes ¿se deben a la falta de esfuerzo o motivación de los estudiantes, o se está abusando de las repeticiones sin dar una respuesta adecuada a los alumnos afectados? La consejera de Educación, María Victoria Broto, reconoce que hay que reflexionar sobre el modelo y repensar cómo se debe actuar. Los expertos en pedagogía, por su parte, insisten en que hay que actuar cuanto antes para evitar que esos alumnos dejen el sistema educativo.


"Casi todos los casos de abandono han repetido curso. Solo uno de cada ocho deja los estudios sin repetir", alerta el estudio sobre el fracaso y abandono escolar en España de Mariano Fernández Enguita, Luisa Mena y Jaime Riviere.


En la DGA insisten en que a los repetidores se les da refuerzos individuales o en equipos muy reducidos, se hacen desdobles de grupos, agrupamientos flexibles en las áreas instrumentales... Además, desde 2005 se desarrolla un programa de refuerzo, orientación y apoyo destinado a los alumnos con dificultades en el último ciclo de primaria y en los dos primeros cursos de ESO. Este año participan en él 3.000 estudiantes.


A esto se suma el programa de diversificación curricular en tercero y cuarto de ESO. Consiste en agrupar las materias de esos cursos por áreas (lingüística-social, científico-técnica y práctica). Este curso 1.720 estudiantes lo siguen y se prevé que el 88% apruebe y se titule.


Las cifras generales mejorarían más aún si "la organización de las asignaturas no fuese tan parcelada, es decir, un planteamiento interdisciplinar del currículum", propone Enrique García, decano de la Facultad de Educación. "Hay que revisar unos contenidos que son del siglo pasado y potenciar la enseñanza práctica", añade.