DEBATE SOBRE EL ESTADO DE LA COMUNIDAD

El presidente aragonés acepta la oferta de la oposición para negociar un pacto sobre GM

El presidente también asume la propuesta del PP de un acuerdo sobre el sector de la nieveCHA e IU ofrecen su apoyo al líder socialista si realiza un cambio radical de izquierdas

Pleno de las Cortes de Aragón, durante el debate
El presidente aragonés acepta la oferta de la oposición para negociar un pacto sobre GM
JOSÉ MIGUEL MARCO

El presidente de la Comunidad Autónoma, Marcelino Iglesias, aceptó ayer la oferta de los tres grupos de la oposición de negociar un pacto que constituya un frente común para intentar salvar el futuro de la factoría de General Motors en Figueruelas. De esta forma, pero con matices, PP, CHA e IU recogieron el guante lanzado el pasado jueves por Iglesias de unidad y colaboración para minimizar al máximo los recortes de producción y empleo que plantea Magna en su oferta para comprar Opel. CHA e IU pidieron a Iglesias un cambio a la izquierda en su política para darle su apoyo.

 

No obstante, todos exigieron una estrategia concreta para suscribir el acuerdo sobre Opel. Y el jefe del Ejecutivo aragonés, las fijó: pedir las condiciones concretas a la empresa compradora, porque -según él- hasta el momento nadie conoce los términos de la venta; apoyar sin fisuras a los trabajadores y al comité de empresa, defender la totalidad de los puestos de trabajo y del nivel productivo, condicionando los avales y las ayudas de Aragón a estas premisas y exigir a la UE que obligue a cumplir la normativa europea que afecta a todos los Estados en sus aspectos de competencia leal, de ayudas y de adquisición de firmas multinacionales. Asimismo, todos los grupos y el mismo Gobierno autonómico apoyaron la manifestación de los trabajadores de GM que se celebrará hoy en Zaragoza y a la que asistirán representantes políticos del Ejecutivo y todos los partidos.

 

No fue el único acercamiento en esta segunda jornada del debate sobre el estado de la Comunidad. Marcelino Iglesias también asumió la propuesta del portavoz parlamentario del PP, Eloy Suárez, para alcanzar un acuerdo en política turística, concretamente en el sector de la nieve que tendrá como finalidad compaginar el desarrollo de la oferta de ocio y deporte con los intereses de los municipios y el equilibrio urbanístico y medio ambiental de las zonas de montaña.

 

Estos dos asuntos, así como la marcha atrás del vicepresidente y líder del PAR, José Ángel Biel, en su contencioso con el PSOE por la financiación, el desarrollo del Estatuto, la ley de lenguas y las mermas tributarias (todo acabó ayer en loas y sonrisas pese al panorama que hay por delante) fueron lo más destacado de un debate en el que Iglesias salió airoso sobre sus adversarios gracias a su experiencia, dominio del cuerpo a cuerpo, control del ritmo y de la escena, manejo de los datos estadísticos y su conocida capacidad para esquivar los golpes directos.

 

Y todo pese a que no aportó nada nuevo a su discurso del jueves y eludió de nuevo entrar en los temas más polémicos que tienen contra las cuerdas a la coalición PSOE-PAR, como los relacionados con la corrupción política, como La Muela y Asael, por ejemplo; el bloqueo legislativo; el aumento del desempleo; el cierre de empresas; el funcionamiento y la negativa a dar cuentas de las sociedades y organismos públicos; los problemas en las infraestructuras, con la Travesía central y el Canfranc en primer término; la regulación de la montaña; la carencia de proyectos de futuro o el arte sacro, por citar algunos.

El estreno de Eloy Suárez

El portavoz del PP, Eloy Suárez, que se estrenó ayer en un debate de política general, pagó la novatada ante un experimentado Iglesias, que fue ganando terreno según avanzaba la sesión y que utilizó la estrategia de atacar a su adversario con asuntos de política nacional como la corrupción en Valencia, Madrid y Baleares.

 

En su intervención, Suárez incidió en las carencias y problemas que más afectan a la coalición PSOE-PAR, desde la política fiscal, La Muela, GM, crisis económica, falta de transparencia en las empresas públicas, pérdida de liderazgo, infraestructuras y ausencia de nuevos proyectos. El portavoz del PP cuestionó a Iglesias como un referente de poder político, institucional, económico y social y pidió su dimisión.

 

La respuesta del presidente dejó en evidencia al PP, que tiene pendiente cerrar su crisis interna, recuperarse de las batallas orgánicas y tratar de presentarse, con Rudi a la cabeza, como alternativa al PSOE. Incluso para un presunto pacto con el PAR tras las elecciones autonómicas de 2011. Iglesias no necesitó esforzarse mucho más para llevar el debate al terreno que más le convenía.

 

En las réplicas y contrarréplicas, Suárez logró en varias ocasiones hacer titubear a Iglesias, en temas como los asuntos de corrupción, la Universidad, el paro, la regeneración democrática y la crisis industrial y económica. Lanzó también guiños al PAR, principalmente resaltando la gestión del consejero de Medio Ambiente, Alfredo Boné, en relación al plan de depuración de aguas, e incluso al vicepresidente Biel por su interlocución con Madrid central sobre el pago de la deuda tributaria, pese a que criticó el resultado. Se dejó escapar las discrepancias en la coalición PSOE-PAR.