LITIGIO POR LOS BIENES ARAGONESES

El manifiesto renueva una histórica reivindicación

La iniciativa de HERALDO, apoyada por personalidades y aragoneses anónimos, ha dado un nuevo impulso a una demanda que ha de seguir vigente.

El manifiesto por el que se reclama la devolución de las 112 obras de arte sacro de las parroquias del Aragón oriental, presentado por HERALDO el pasado domingo, ha servido para sacudir de nuevo las conciencias acerca de una histórica reivindicación que sigue sin resolverse.

Ciento cincuenta personalidades de Aragón quisieron unirse a esta iniciativa, a la que además se han sumado expresamente, a través de la página web Heraldo.es, más de 5.500 personas.

El litigio, que hunde sus raíces en la pertenencia de las parroquias del Aragón oriental a la diócesis de Lérida hasta 1995, se mantiene estancado a pesar de los pronunciamientos de la Santa Sede que reconocen que los bienes han de ser devueltos a lo que ahora es diócesis de Barbastro-Monzón. El rotundo fundamento jurídico es que esas obras son, sencillamente, propiedad de las parroquias aragonesas y en Lérida se encuentran a título de depósito.

Las obras, sin embargo, continúan en Lérida. Una docena de ellas están consideradas como piezas clave de la exposición permanente del museo diocesano de la ciudad catalana. Esta situación demuestra por un lado una negación persistente hacia el derecho de las parroquias y por otro una resistencia inconcebible al cumplimiento de las decisiones emanadas por las diversas instancias eclesiásticas que han intervenido.

No solo eso. Numerosos expertos independientes han terciado en todo este tiempo avalando la postura de Barbastro-Monzón.

El manifiesto exige, desde la apelación al Derecho como parte de una tradición identitaria de Aragón, que cesen las maniobras de dilación y que se devuelvan los bienes de forma inmediata a sus legítimos propietarios. Esa medida, y no otra, será la "única forma de reparar tan flagrante injusticia", concluye el texto.

Han sido muchos los medios de comunicación, también catalanes, que se han hecho eco de esta campaña abanderada por HERALDO. También los alcaldes de los municipios aragoneses afectados por este largo conflicto han aprovechado para reivindicar de nuevo las obras de sus parroquias. A pesar de ello, después de tantos años de litigio, el desánimo es el sentimiento más extendido entre los alcaldes. Desde la buena fe, que debería ser inspiración general y muy especialmente en el caso de los hombres de Iglesia, la situación es incomprensible.

La campaña ha coincidido con el pronunciamiento del juez de Primera Instancia de Barbastro denegando esta misma semana el exequátur -fórmula jurídica para validar en España sentencias de otro país- y argumentando que es la Iglesia la que debe ejecutar la resolución. El juez ratifica una vez más el fondo del asunto, reconociendo la propiedad y la sentencia firme del Supremo Tribunal de la Signatura Apostólica de 28 de abril de 2007.

El obispado de Barbastro-Monzón, que ha recordado en un comunicado que "las iglesias particulares deben plena obediencia", y la DGA, ya ha anunciado que recurrirán la denegación del exequátur. Un capítulo más de esta larga historia.