Abusos sexuales

El 5% de maltratos a menores se asocia a abusos sexuales

El IASS ha presentado una guía que identifica los indicadores y síntomas que permiten detectar casos de abusos sexuales a menores.

Alrededor del 5% de los casos de maltrato que abordan los servicios sociales de protección al menor en la Comunidad aragonesa están asociados a abusos sexuales sufridos por el niño o el joven en su entorno familiar más próximo, y contra los cuales carece de mecanismos de defensa.


Así lo ha asegurado a los medios de comunicación el director gerente del Instituto Aragonés de Servicios Sociales del Gobierno aragonés (IASS), Francisco Peña, antes de dar a conocer a profesionales de su oficina en Huesca una guía que identifica los indicadores y síntomas que permiten detectar casos de abusos sexuales a menores.


La guía

La guía proporciona información precisa de lo que los profesionales sanitarios deben advertir en un menor para determinar si es una posible víctima de abusos, pero también detalla indicadores psicológicos que aportan datos valiosos para realizar un diagnóstico de la situación.


Así, en sus páginas se identifican conductas sexuales "normalizadas" entre menores de distintas edades, pero también actitudes "hipersexualizadas" que pueden apuntar a posibles abusos.


Peña ha explicado que, aunque no todos los casos de maltrato y de abusos que se denuncian en la Comunidad llegan a los servicios de protección del Gobierno aragonés, sus responsables se enfrentan a los más graves, en los que el menor carece de protección alguna en su entorno familiar.


El responsable del IASS se ha referido, además, a las dificultades que plantea la identificación de posibles casos debido a la presión y coacciones que sufren los menores, y a la proximidad constante de los abusadores.


En su opinión, el abusador dispone de mecanismos psicológicos de chantaje y de presión sobre el menor que la guía puede ayudar a identificar a profesionales sanitarios o de los servicios sociales.


Ha añadido, además, que el perfil del abusador responde, en más del 90% de los casos, al de una persona de sexo masculino perteneciente o muy próxima al entorno familiar del menor, algo que, según ha destacado, "facilita el abuso y dificulta la labor de los servicios sociales y sanitarios".


Pero la guía, ha asegurado Peña, no sólo establece pautas para profesionales de los servicios sociales y sanitarios sino que aporta información dirigida a profesores de centros escolares, ya que "los colegios también son focos de detección".


Por su parte, el jefe del Servicio de Prevención y Protección del Menor del Gobierno aragonés, Javier Ferrer, ha incidido en la dificultad que supone para los servicios sociales la identificación de casos, al estar protagonizados en muchos casos por padres que ostentan la tutoría legal de la víctima.


En su opinión, la relación de poder entre el abusador y el menor facilita que el abuso sea "reiterado, habitual y constante" en el tiempo, y que, en ocasiones, se tarde en identificar, o que, incluso, no se llegue a detectar.


"Los menores que padecen esta situación -ha resaltado- están muy presionados, y el abusador suele ser una persona con mucha autoridad que utiliza la coacción o la seducción, estrategias de adulto a las que el menor no sabe responder".


Frente a esta situación, ha explicado, la guía, fruto del consenso entre profesionales sanitarios y de los servicios sociales, dice qué conductas se deben observar en el menor, qué frases no deben dejar pasar y qué conductas son normales en un niño y cuales están hipersexualizadas.


En relación a la duración en el tiempo de los abusos, ha advertido que en muchos casos se prolongan durante años antes de ser detectados, y que otros se producen a lo largo de toda la infancia y no llegar a ser identificados.