DEVOLUCIÓN DE LOS BIENES ECLESIÁSTICOS

El litigio desata una polémica interna en el obispado de Lérida

El prelado, Joan Piris, ha tenido que desautorizar al delegado de Medios de Comunicación por sus críticas al "centralismo" del Vaticano.

El litigio por los 112 bienes sacros propiedad de la diócesis de Barbastro-Monzón y que se encuentran retenidos en Lérida ha provocado un nuevo enfrentamiento, pero lo insólito del caso es que este se ha producido en el propio seno del obispado ilerdense. El origen está en el editorial del boletín informativo de la diócesis, que se colgó en su web el pasado martes, y en el que el ya ex delegado de Medios de Comunicación, Josep Alexandre Baró, criticaba duramente el "centralismo" del Vaticano, por lo que el obispo, Joan Piris, tuvo que de- sautorizarle de inmediato.


Al hilo del acuerdo que Piris y su homólogo de Barbastro, Alfonso Milián, firmaron la pasada semana en Madrid ante el nuncio para tratar de zanjar el conflicto del arte, y que al parecer les habría sido impuesto directamente desde Roma, Baró se pregunta en su artículo "qué sentido tiene hoy que una autoridad extranjera tenga que resolver a distancia las cuestiones y problemas de nuestra vida local". Asimismo, considera injustificable "un centralismo vaticano que cree dependencias tan exageradas de comunidades católicas diocesanas, al tiempo que se cuestiona si "un poder centralizado en el Vaticano, que mueve, y quiere mover, todas las cuerdas de las vidas eclesiales de todos los obispados del mundo, no devalúa y hace poco creíbe en el mundo de hoy el ministerio del Papa".


Ante ello, afirma que cada diócesis "ha de asumir todas las responsabilidades inherentes a su misión, sin necesidad de que se le imponga alguien desde el exterior". Finalmente, se pregunta "qué futuro puede tener una comunidad, aunque sea de fe, si sus miembros solo cuentan para tareas subalternas".


Tras tener conocimiento de las graves críticas vertidas por Baró en el boletín informativo, que se publica mensualmente en la página web de la diócesis, el obispo se vio obligado a última hora de la noche del pasado martes a emitir personalmente un comunicado en el que deja claro que el escrito "no refleja sino la propia opinión del firmante".


Además, aclara "con toda rotundidad que no participa de la opinión manifestada por el citado delegado ni, por supuesto, se le ha indicado en absoluto nada de lo que él, bajo su exclusiva responsabilidad, manifiesta en el citado informativo digital". Finalmente, Piris insiste en "dejar constancia" de su "comunión" con el Vaticano y con el Papa.


Según fuentes del obispado, el prelado dejó patente entre sus colaboradores más próximos su "disgusto" por estas declaraciones, dado que tenía "plena confianza" en Baró. Las mismas fuentes añadieron que el delegado de Medios habría presentado su dimisión por motivos personales "hace tres semanas", aunque al parecer Piris todavía no le había comunicado si la aceptaba, por lo que seguía desempeñando sus labores, entre ellas, la elaboración del boletín. De hecho, ni su renuncia ni el nombre de su sustituto se habían dado a conocer, aunque ahora ya se da por hecho su relevo como portavoz. No en vano, al hablar de Josep Alexandre Baró en su comunicado, el obispo se refiere a él como "el, hasta ahora, delegado diocesano de Medios".


Baró no quiso hacer ayer ninguna declaración a este diario.