El consejero de Agricultura, Ganadería y Medio Ambiente, Federico García López, ha afirmado este viernes que la campaña agraria actual no puede considerarse un "desastre económico" por la sequía, pero ha reconocido que la situación es preocupante para el futuro si las condiciones climáticas no cambian.

Así lo ha indicado tras la reunión de la Mesa de Seguimiento de la Producción Agraria, conocida como Mesa de la Sequía, en la que están representados el Gobierno de Aragón y las diferentes organizaciones agrarias de la comunidad.

García López, tras destacar que la campaña pasada se ha superado con un nivel "aceptable" y se han superado los promedios de los últimos cincos años en producción y precios, ha apuntado que la sequía comenzó en julio, con lo que la primera parte de la cosecha tuvo agua suficiente, aunque ha tenido cierta repercusión en los leñosos (olivo y almendro) y la ganadería extensiva.

Ha comentado que la afección de la sequía en estos sectores es difícil de evaluar, si bien se han establecido medidas compensatorias de 15 millones de euros para los cultivos leñosos y de 13 para la ganadería extensiva.

En su opinión, en el conjunto de la campaña y la producción final agraria no se puede hablar de un "desastre económico" ni declararse "grave", aunque haya pérdidas puntuales.Planteamiento de futuro

Ha insistido en que lo preocupante es el planteamiento de futuro y en que si las condiciones climáticas no varían se pondrán en marcha medidas fiscales, laborales o préstamos del ICO para paliar la situación.

Por su parte, el secretario general de UAGA, José Manuel Penella, ha coincidido en que en el computo general de las producciones no se puede hablar de "desastre económico", pero sí para los frutos secos, el olivar y la ganadería extensiva.

Ha remarcado que la sequía ha afectado "fuerte" a sectores y zonas concretas, con bajadas de producción en los frutos secos, daños estructurales en los árboles y un porcentaje importante de mortandad, con lo que serán necesarias ayudas para la reposición.

Respecto al olivar, ha indicado que habrá una merma en la cosecha, aunque podría mejorar la situación por el inicio de las lluvias, mientras que la ganadería extensiva es la que ha sufrido el "verdadero problema" por la ausencia de pastos, especialmente en el Pirineo, porque el acopio de alimento de primavera para todo el invierno "se ha consumido ya".Zonas de montaña

Penella ha insistido en que las zonas de montaña son las más afectadas por la sequía, en que los ganaderos van a tener que depender todo el invierno de la compra de piensos y forrajes y en que habrá que habilitar ayudas directas.

Fernando Luna, de Asaja, ha reiterado que se han producido daños estructurales en el almendro, vid y olivo, cuyas cosechas tendrán que ser recompensadas, mientras que la ganadería extensiva ha carecido de pasto y habrá que buscar la fórmula de articular ayudas.

También ha advertido de que la sequía puede afectar a los cultivos de regadío el año próximo por el déficit de obras hidráulicas, que puede ser el "talón de Aquiles" para las próximas cosechas.

El secretario general de UPA-Aragón, José Manuel Roche, ha opinado que la situación por la sequía es preocupante, sin alarmismos, y que habrá que esperar a ver cómo evolucionan las condiciones climáticas en los próximos meses para evaluar la puesta en marcha de medidas y ayudas directas para el sector.

Por eso, ha propuesto una mesa de seguimiento para los próximos meses porque los embalses están "bajo mínimos" y de ellos dependerá la campaña de riego del año que viene, que será "desastrosa" si no llueve.

El presidente de Cooperativas Agro-Alimentarias de Aragón, Fernando Marcén, ha hecho hincapié en las afecciones de la sequía no han sido gravísimas en general, pero la situación es "muy alarmante" para los regadíos en la campaña del año próximo por la falta de agua en los embalses, salvo que se produzca casi un "milagro".

Por su parte, el presidente de Araga, José Manuel Tornos, ha lamentado que la sequía evidencie la falta de infraestructuras hidráulicas en la Comunidad y ha asegurado que la agricultura vive una "incertidumbre terrible" y la situación es "casi de alarma" si no aumentan las lluvias.