ZARAGOZA

El ecovertedero supera los ensayos técnicos y se prepara para su apertura

Las nuevas instalaciones, que han costado más de 76 millones, podrían inaugurarse en enero con más de año y medio de retraso.

Con más de año y medio de retraso, el Complejo de Tratamiento de Residuos Urbanos de Zaragoza, más conocido como ecovertedero, acaba de concluir sus cuatro fases de ensayos técnicos y se prepara para su apertura, posiblemente el próximo mes de enero.

En estos momentos, según informaron fuentes municipales, se está completando todo el proceso administrativo previo a la entrada en servicio de la planta, que comprende tanto las certificaciones de finalización de las obras y las autorizaciones ambientales.


Las instalaciones, ubicadas en el Parque Tecnológico del Reciclado y que darán servicio a Zaragoza y a 62 municipios de su entorno, supondrán una inversión de 76,6 millones de euros, de los que 30,4 proceden de fondos europeos. Las obras fueron contratadas en 2002, pero no comenzaron hasta mayo de 2005 por diversos problemas, sobre todo urbanísticos. En principio, la planta se debería haber inaugurado en mayo de 2007, pero diversos contratiempos técnicos durante la fase de ejecución de las obras han demorado la apertura más de año y medio.

Inicio de las pruebas


Después de paralizaciones y retrasos de las pruebas, que comenzaron el pasado mes de abril, el Ayuntamiento las dio por concluidas en octubre. En total, las pruebas se han repartido en cuatro fases. Durante la primera, en la planta entraron 100 toneladas diarias de basura durante 10 jornadas. No se detectaron grandes deficiencias, pero sí fueron precisos diversos ajustes, que iban desde la velocidad de las cintas a los sistemas antiincendio.


A mediados del mes de mayo comenzó la segunda fase, con la entrada de 200 toneladas diarias de basura. El principal problema fue que los motores no estaban bien dimensionados, circunstancia que hacía fallar los trómeles (unos grandes cilindros utilizados para iniciar el proceso de separación de los residuos por tamaños).


Concluida esta fase, el Ayuntamiento decidió parar las pruebas a la espera de informes técnicos. Los ensayos no se reanudaron hasta finales de agosto, cuando empezaron a entrar 400 toneladas de basura. Fue entonces cuando entró en servicio la planta de biometanización (donde los residuos se transforman en gas que se utiliza para generar energía eléctrica) y los túneles de compostaje, que sirven para fabricar este abono agrícola. También se puso en marcha el horno para animales muertos y la planta de lixiviados (donde se tratan los líquidos que desprende la basura en descomposición).


En septiembre, se hicieron las pruebas de estanqueidad de los grandes digestores de la planta de biometanización. Además se introdujo nitrógeno para eliminar la presencia de oxígeno. Sin este proceso, llamado inertización, podría existir riesgo de explosión al entrar en funcionamiento.


Finalmente, el 16 de octubre arrancó la cuarta fase, con la entrada de 600 toneladas de basura diaria. Esta cantidad representa toda la producción de residuos nocturna de la ciudad. No obstante, el Ayuntamiento decidió hacer una prueba de cuatro días con toda la basura de la capital (unas 900 toneladas), un paso que en principio no estaba previsto. Según fuentes municipales, estos ensayos no descubrieron problemas importantes.


El Área de Servicios Públicos admitió los retrasos de la planta, pero recordó el celo municipal para que cuando se ponga en marcha estén todos sus elementos probados “y con plenas garantías de uso”. En este sentido, consideró que, después del complejo proceso de puesta a punto, la planta ya está lista para entrar en servicio. No obstante, no quiso concretar cuándo empezarán a funcionar las instalaciones, ya que todavía se deben recibir autorizaciones pendientes de la DGA. Confiaron en que pueda ser en las próximas semanas.