PATRIMONIO

El dueño de la abadía urge una solución al gobierno

Esplendor y ruina. De todo se pudo ver ayer en el monasterio de San Victorián. Pero había una parte cerrada que tiene más de lo segundo que de lo primero: la vieja abadía y la hospedería, que integran la parte privada que se encuentra en muy mal estado de conservación. Ahora, la propiedad espera del Gobierno de Aragón una solución para el futuro de estos inmuebles.

 

Tardó veinte años en poder comprar la parte privada del monasterio de San Victorián catalogada como Bien de Interés Cultural (BIC). Lo consiguió en 2005. Sin embargo, el Gobierno de Aragón no aceptó el proyecto del propietario, Luis Vecino, de construir otro hotel monasterio con 40 habitaciones para ofrecer bodas, un modelo similar el que levantó en Boltaña. El motivo es que la DGA le aseguró que quería adquirir el espacio para convertirlo en un centro cultural o de visitantes, pero todavía no se sabe qué será ni de qué forma conseguirán la propiedad. Entre otros motivos, porque las exigencias económicas del propietario son "excesivas", según han apuntado en varias ocasiones desde el Gobierno de Aragón.

 

Las negociaciones comenzaron hace tiempo, pero desde hace dos o tres meses, Luis Vecino no sabe nada de las intenciones del Gobierno. "Estoy a la espera de saber cuál es la decisión de Gobierno de Aragón. Está protegido, me dijeron que mi anteproyecto no era viable porque querían hacer algo cultural y estamos esperando desde entonces", apuntó. No obstante, ahora que han adjudicado las obras confía en volver a retomar el diálogo.

 

"Estoy abierto a cualquier posibilidad, o que me lo compren o a hacer una permuta con otra propiedad que ellos tengan en Sobrarbe para hacer otro hotel", apunta Vecino. Su intención es abrir otro establecimiento en la comarca, que se sumaría a los dos que ya tiene. "Es una inversión la que hice en San Victorián y ahora no me vendría bien irme a otra zona porque todo el entorno es bellísimo", comenta. Sin embargo, no aclara en qué propiedad del Gobierno de Aragón piensa cuando plantea la permuta.

 

También forman parte de los bienes de Luis Vecino piezas de arte que pertenecían al monasterio y que estaban guardadas en el interior así como otras obras pictóricas que adquirió a varias familias y que estaban dispersas en poblaciones de Sobrarbe y Somontano. Hasta que Vecino adquirió las edificaciones anejas, pertenecían a una familia de la zona. No obstante, a principios de año vendió parte a un grupo inversor qatarí.