VISITA DE LOS REYES MAGOS

El día más entrañable

Navidad l Miles de niños aragoneses disfrutaron _ayer de los regalos de los Reyes en una jornada en la _que no faltaron las comidas familiares y el roscón

Carlota, Álvaro y Diego fueron corriendo al salón en torno a las 10.00.
El día más entrañable
VíCTOR LAX

Con los ojos como platos. Así se quedaron miles de niños aragoneses cuando, después de una noche en la que les costó coger el sueño, se levantaron y vieron en el salón los regalos que les habían dejado los Reyes Magos por su buen comportamiento. Sus sonrisas de ilusión animaron más si cabe una entrañable jornada familiar en la que, como manda la tradición, no faltaron las raciones de roscón, con largas colas en la mayoría de pastelerías.

Zaragoza. "¡Toma!", gritó exultante el zaragozano Álvaro, de cinco años, al descubrir que sus Majestades le recompensaron con sus juguetes favoritos, los Gormiti y los Bakugan. Su hermana mayor, Carlota, de nueve años, recibió una almohada musical de la serie 'Patito feo', además de un compás y unas reglas para el cole. Mientras, el bebé Diego, de 15 meses, miraba absorto un cochecito que se movía con luces parpadeantes al ritmo de la música.

Melchor, Gaspar y Baltasar accedieron por el balcón a su vivienda del barrio de Zalfonada. La prueba es que se dejaron la puerta abierta. Como estaban cansados de tantos repartos, los Reyes se avituallaron con agua y algunas galletas. Por eso vaciaron los vasos y dejaron migas en un plato. Eso sí, procuraron no manchar el suelo, por el que gateaba emocionado Diego con el chupete en la boca.

Sus padres, José Luis Moreno y Celia Colungo, miraban llenos de satisfacción a los pequeños. Sus majestades trajeron lo que ponía en la carta y, con un poco de suerte, iban a pasar un día relajado, con los chicos entretenidos. Estos recibieron con más ganas los premios porque no suelen tener Papá Noel. Horas después comenzaron el peregrinar por las casas de abuelos y tíos para ver qué había caído por allí.

Sus altezas procedentes del lejano Oriente no se olvidaron de repartir alegría en los hospitales. Si el miércoles visitaron a los peques en el Clínico, ayer hicieron lo propio en el Miguel Servet, adonde llegaron subidos en una grúa. Un emotivo detalle.

Huesca. "¿Has visto? Se lo he pedido a los Reyes Magos para ti". Guillermo Gracia, oscense de cuatro años, recibió con ilusión no solo su regalo, una retroexcavadora, sino también el de su hermano. Al romper el papel de regalo, comprobó que a Lorenzo, de dos años, le habían traído una portería para jugar al fútbol. En el domicilio de los abuelos les esperaban más obsequios incluidos en la carta: una batería y un disfraz.

No fue la única sorpresa. En un escrito, los Reyes les agradecieron el agua y el pan duro que pusieron en la galería para los camellos, así como el roscón y la leche para ellos. Los hermanos durmieron toda la noche de larga espera, ya que acabaron agotados tras ver la cabalgata de la capital oscense y recoger un regalo de manos de Melchor y compañía en el barrio de María Auxiliadora.

Teruel. Los Reyes Magos fueron los protagonistas en varios centros sanitarios y asistenciales de Teruel. Melchor acudió junto a sus dos compañeros al hospital Obispo Polanco al no encontrar a los pequeños en sus hogares. "Como no estaban en sus casas hemos venido aquí a entregarles sus obsequios y a decirles que sean buenos", indicó. Añadió que los ancianos de las residencias por las que pasaron se mostraron igual de ilusionados y entusiastas que los niños. "Nos han recibido como chiquillos, se emocionan y hasta lloran al vernos. Son muy agradecidos", concluyó. Un coche de Policía abrió paso con su sirena a la comitiva real por las calles de la ciudad.

E. A./E. P./L. R.

Carlota, Álvaro y Diego. Estos tres hermanos zaragozanos fueron corriendo al salón en torno a las 10.00. Los ojos les brillaban en el momento de abrir los regalos. Después llegó la fiesta en una jornada repleta de juegos y risas. Álvaro no dudó en ponerse una corona real de un roscón para celebrarlo.

Carlota, Álvaro y Diego. Estos tres hermanos zaragozanos fueron corriendo al salón en torno a las 10.00. Los ojos les brillaban en el momento de abrir los regalos. Después llegó la fiesta en una jornada repleta de juegos y risas. Álvaro no dudó en ponerse una corona real de un roscón para celebrarlo.

Lorenzo y Guillermo. Lo primero que hicieron ayer a las 9.30 fue ir a ver qué les habían dejado los Reyes. La portería de fútbol para el pequeño de 2 años la pidió el mayor, de 4, en su carta. Fue una ilusión compartida. Pero también dejaron regalos sin abrir que entregarán a sus primos de parte de sus Majestades.

Lorenzo y Guillermo. Lo primero que hicieron ayer a las 9.30 fue ir a ver qué les habían dejado los Reyes. La portería de fútbol para el pequeño de 2 años la pidió el mayor, de 4, en su carta. Fue una ilusión compartida. Pero también dejaron regalos sin abrir que entregarán a sus primos de parte de sus Majestades.

Nuria, de 7 años, se dio el gustazo de abrir sus regalos, un reloj de Hello Kitty y un juego de pinturas de Barbie, tras recibirlos de manos de Melchor y Baltasar. La pequeña, que participaba en una comida familiar, se tropezó en el mismo restaurante con la comitiva real, que había acudido a reponer fuerzas.