PATRIMONIO

El deterioro de San Victorián aumenta mientras la DGA decide su futuro

La falta de actuaciones ha provocado la aparición de grietas, el derrumbe de los techos y la proliferación de humedades.Ahora el Gobierno de Aragón va a invertir 711.000 euros pero está pendiente una actuación integral y la definición del uso

El deterioro de San Victorián aumenta mientras la DGA decide su futuro
El deterioro de San Victorián aumenta mientras la DGA decide su futuro
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Grietas que recorren de arriba a abajo muros de piedra con varios siglos de historia, vigas de madera y placas de pizarra de la techumbre del claustro caídas, yesos de las paredes de la iglesia desprendidos, humedades y maleza campando a sus anchas... Este es el lamentable estado que presenta el monasterio de San Victorián, en El Pueyo de Araguás, tras las escasas y en ocasiones mal proyectadas intervenciones que han realizado el Gobierno de Aragón y el Ministerio de Cultura en los últimos años en este cenobio, cuna del reino de Sobrarbe y Ribagorza catalogado Bien de Interés Cultural en 2002.

 

Medio centenar de personas tuvieron ayer el privilegio de conocer los encantos que aún conserva San Victorián -que siempre está cerrado- de la mano del historiador Manuel López Dueso, del Centro de Estudios de Sobrarbe, uno de los mayores expertos en este cenobio cuyos orígenes se remontan a la Edad Media.

 

La visita, organizada con motivo de un acto reivindicativo de CHA para reclamar la rehabilitación integral del monumento, giró únicamente por las dependencias que son propiedad del Gobierno de Aragón ya que el resto del complejo, 2.200 metros cuadrados, está en manos privadas.

 

Una caseta de obra instalada esta misma semana anuncia el inicio de los trabajos de restauración que va a acometer la dirección general de Patrimonio. En total, 711.000 euros que se destinarán a la iglesia, la torre-campanario, el claustro y el antiguo cementerio.

 

El Gobierno de Aragón defiende que, por ahora, es una intervención suficiente para que la parte pública pueda ser visitada. Fuentes del departamento de Cultura aseguraron que se siguen las directrices marcadas por el plan director del monumento, elaborado en 1997 por el arquitecto Joaquín Naval. "Este documento ordena las actuaciones más urgentes, y se están realizando conforme a dicho plan", aseguran.

El uso sigue todavía sin definirse

Sin embargo, Patrimonio no ha definido aún el uso de las instalaciones una vez que estén acondicionadas. "Es un tema abierto, no hay una postura cerrada", apuntaron. La idea es que tenga un sentido cultural y para ello necesitan unificar el conjunto y adquirir la parte privada, propiedad de Luis Vecino, que ocupa casi la mitad de la superficie edificada y otras 20 hectáreas del entorno. Aunque no se le permitió ejecutar el proyecto planteado de crear un complejo hotelero con 40 habitaciones, "la DGA no se cierra a que en un momento dado haya un establecimiento turístico, pero es un BIC y debe hacerse bajo la supervisión de Patrimonio", apuntaron.

 

La necesidad de destinar una fuerte inversión es patente. Y es que, tal y como explicó ayer el historiador Manuel López, "la obligación de acometer mejoras es flagrante". Prueba de ello, por ejemplo, es que todavía hoy son visibles las consecuencias de un fuerte vendaval a finales de 2003, que levantó muchas de las placas de cobre con las que el Ministerio de Cultura restauró la cubierta de la cúpula y el tejado de la iglesia, invirtiendo un total de 577.000 euros. "Y fue porque no se tuvieron en cuenta las condiciones ambientales de la zona", criticó.

 

El deterioro también es evidente en el interior de la iglesia barroca. Es el caso del panteón real donde se cree que descansaron los restos de los reyes Íñigo de Arista y Gonzalo de Sobrarbe ya que ha desaparecido la estructura original y el sepulcro de piedra del segundo de ellos. Junto al altar mayor, además, sigue en pie la escultura de Isabel Farnesio pero no así la de Felipe V, cuyo torso se conserva en una capilla lateral.

 

El templo está prácticamente vacío ya que el retablo mayor y el coro fueron desmontados y trasladados a Barbastro y Boltaña, respectivamente. Tampoco se conservan numerosas reliquias, libros y documentos que pertenecían al cenobio. "De hecho, no sabemos dónde están los manuscritos medievales que aquí se hicieron", lamentó el historiador del Centro de Estudios de Sobrarbe, quien definió la segunda mitad del siglo XX como "los años más negros para el monasterio".

 

La techumbre interior de madera sí se ha salvado del deterioro tras la intervención realizada por el ministerio. Todo lo contrario ocurre con el claustro, cuyos orígenes se creen que se remontan al siglo XVI. Junto a la escalera de acceso, en un rincón, se conserva la única huella medieval de esta parte pública, un muro de piedra en el que sobresale la figura de un pequeño pantocrator.

 

El deterioro es tal que supone un serio peligro para los visitantes intentar atravesar su sala principal. Y es que el paso de tiempo ha abierto unos enormes boquetes en el techo, restaurado hace 15 años, y la lluvia y la humedad han deteriorado muchas de sus vigas. "El problema es que San Victorián no vota", sentenció Manuel López aludiendo a la falta de interés hacia el monasterio demostrada por los diferentes gobiernos en los últimos años, independientemente de su color político.

Manifiesto reivindicativo

Precisamente a ello se refirió el manifiesto reivindicativo que leyó Chunta Aragonesista tras la visita. Esmeralda Muriel, alcaldesa de Los Molinos, núcleo pedáneo de El Pueyo de Araguás, criticó el incumplimiento del Ministerio de Vivienda de invertir 800.000 euros en estos dos últimos años y la "falta de planificación y desatención" por parte de la consejería de Cultura y apostó por expropiar la abadía privada ante las elevadas pretensiones de su propietario. El diputado Bizén Fuster, por su parte, denunció que las pocas actuaciones realizadas hasta ahora en el cenobio "se han hecho sin ningún rigor" y reclamó la creación de un centro de interpretación de la historia del Sobrarbe que impulse el turismo en la comarca.

 

Muy crítico se muestra también Jesús Buetas, alcalde de El Pueyo de Araguás. "Llevamos unos cuantos años que San Victorián está dejado de la mano de Dios. En su día, se hizo un plan director pero después se dejó medio olvidado y ahora parece que lo quieren retomar. Pero hasta ahora, no se ha seguido", censura.

 

De todos modos, Buetas asegura que como Ayuntamiento carecen de información de los planes del Gobierno de Aragón. Al mismo tiempo denuncia que las obras que sí se han hecho en los últimos años han dado muchos problemas, como el techo del claustro, "que se ha derrumbado todo", y la cubierta de la iglesia. Por ello, reclama que se exija a las empresas adjudicatarias una responsabilidad. "Es vergonzoso que en 10 años se venga un tejado abajo y ahora haya que gastar dinero en lo mismo", comenta.

 

No obstante, también apunta que la parte más deteriorada es la que corresponde a la propiedad privada y reconoce que es complicado porque hay muchos metros cuadrados en los que actuar y se necesita una gran inversión.