El consejero también cedió con el edificio de Capitanía

Ante los problemas de La Caridad, la DGA propuso añadir el céntrico inmueble al pacto pero Madrid lo vetó. Esto no impidió a la parte aragonesa firmar el acuerdo inicial.

El Gobierno de Aragón intentó cambiar en la negociación de la deuda el edificio de La Caridad por otros bienes del Estado, una vez que se percató de los problemas de titularidad del edificio que le iban a traspasar. En concreto, fuentes de la DGA resaltaron durante la negociación que su interés se centraba en el edificio de Capitanía General, en el centro de Zaragoza. Sin embargo, el Gobierno central mostró ciertas reticencias, lo que llevó al consejero de Economía, Alberto Larraz, a ceder y no exigir que se incluyese ese edificio en el acuerdo que iba a sellar con Madrid.

A diferencia de la mayoría de edificios que había aceptado, el de Capitanía no tenía usos hipotecados. De hecho, desde la DGA ya se apuntó que su intención era destinarlo a sede de la Presidencia del Gobierno de Aragón. Si todo hubiese ido bien, Marcelino Iglesias habría podido acabar ahí su mandato. No habría sido la primera comunidad con una sede presidencial. Madrid, País Vasco, Cataluña y Andalucía también cuentan con dependencias similares y también de destacado valor simbólico.

La consejería de Economía mantuvo la incógnita sobre si iba a estar este inmueble en el acuerdo hasta el día de la firma. Así, fue en el propio Ministerio de Economía y Hacienda donde Larraz informó que sí estaba finalmente La Caridad, edificio que, según confirmaron ayer fuentes de la DGA, sigue dentro del acuerdo pese a esos problemas de titularidad.

Aunque había un claro interés de la parte del PSOE por conseguir la incorporación del edificio de Capitanía, el partido que más se movilizó fue el PAR. El mismo día en que Larraz firmaba en nombre de Aragón el acuerdo para retirar el pleito por la deuda, el senador aragonesista, José María Mur, preguntó en la Cámara Alta a la ministra de Defensa, Carme Chacón, sobre el citado edificio. Como la comisión negociadora no había conseguido incorporarlo al acuerdo, Chacón dejó claro que iba a seguir para usos militares. Eso sí, invitó a la DGA a colaborar y se prestó a dejarle algunas salas de vez en cuando. "Las instituciones aragonesas siempre van a encontrar plena disposición del Ministerio de Defensa para que ese edificio siga acogiendo actos o eventos de tipo cultural", contestó Chacón.