UNIÓN EUROPEA

El complicado futuro del carbón

La Comisión decidirá antes de un mes qué hace con el decreto de ayudas. Aunque la situación es ahora mejor que hace una semana, la mayoría se inclina por aprobarlo con nuevos condicionantes o, incluso, vetarlo.

Protesta en Mequinenza.
El complicado futuro del carbón
M. C. RIBÓ

Ya es solo cuestión de dos o tres semanas. Si los servicios de la Comisión Europea mantienen el calendario previsto, Bruselas dictaminará sobre el futuro del carbón en España antes del Pilar. Las perspectivas hoy no son muy buenas, pero sí algo mejores que hace apenas una semana. Entonces, ninguna de las administraciones involucradas en la negociación veía factible una salida positiva al bloqueo actual. Ahora, el aparente apoyo alemán y la decisión por fin del Ministerio de Industria de encarar la negociación "al más alto nivel" ha abierto la posibilidad a que el Ejecutivo europeo sí se plantee permitir las ayudas inmediatas programadas al sector. Eso sí, con más condicionantes y no en los mismos términos que propuso España inicialmente.


Lo que está en juego es el decreto de ayudas al carbón que aprobó el Gobierno español para dar salida al excedente de este recurso natural generado en los últimos meses. Y en la Comisión Europea, que ahora está analizando si lo veta definitivamente o si levanta el bloqueo, se han creado dos bandos con posturas opuestas.


Si las perspectivas eran totalmente negras hasta hace unos días es porque el comisario de Competencia, Joaquín Almunia, llegó a ser por momentos el único que defendía la norma española. Y su situación era complicada, porque no está bien visto que los comisarios se conviertan en los principales defensores de proyectos de sus países de origen. De hecho, puede ser incluso un lastre.


Frente a él se han situado un buen número de departamentos. Los responsables comunitarios en materia de Medio Ambiente, Asuntos Económicos, Energía y Mercado Interior, entre otros, se posicionaron en contra de la norma que tiene por función salvar la actividad económica de parte de Aragón, Castilla y León y Asturias. Todos consideran que vulnera la normativa europea de sus respectivos ámbitos. Además, tanto el 'lobby' de la energía nuclear como las eléctricas están presionando, y obviamente no a favor de los intereses aragoneses.


Pero el negro panorama de esta negociación está condicionado también por otras normas energéticas que están sobre la mesa y que tienen más países afectados. Así, se está tramitando la regulación sobre el carbón que, a nivel europeo, prevé aprobar Bruselas. España está aprovechando ese tema para que todos aquellos países que defienden cambios radicales en la propuesta inicial defiendan a la vez el decreto español de ayudas.


Sobre este asunto se refirió ayer el presidente del Gobierno, José Luis Rodríguez Zapatero, quien afirmó que "estamos a punto de terminar el proceso de negociación con Bruselas" y confió en que "dé el visto bueno para que España tenga la capacidad de seguir ayudando" al sector. En cualquier caso, consideró que si el carbón tiene un futuro, "está en la investigación", y resaltó para ello la necesidad de contaminar menos.


Tras el rechazo frontal, la salida que se empieza a vislumbrar es que Bruselas no vete completamente el decreto, pero siempre que España acepte que es totalmente excepcional y rebaje las pretensiones del texto.