SANIDAD/ ARAGÓN

El Clínico y la Ruber crean escuela para la cirugía poco invasiva

Ambos centros ponen a disposición de un grupo de diez alumnos de toda España sus recursos y la experiencia de sus mejores profesionales

Intubada, perfectamente monitorizada y sedada, una paciente muy singular se convierte en la mejor aliada para que se siga ganando la batalla a muchos problemas ginecológicos. En concreto, para los que pueden ser solucionados con técnicas quirúrgicas laparoscópicas, es decir, mínimamente invasivas (con incisiones menores y que permiten una recuperación más rápida).


Esta paciente es una cerda. Sin ánimo de faltar, esa es la verdad. Y es así porque estos animales son extraordinariamente parecidos a nosotros, y ayer permitieron que varios alumnos perfeccionasen sus técnicas en el quirófano.


Fue durante una de las jornadas de un curso en el que, por primera vez, colaboran ginecólogos del hospital Clínico Universitario Lozano Blesa y de la Clínica Ruber Internacional. Durante esta semana, intercambian sus sedes y sus mejores especialistas para formar en este tipo de cirugías a diez alumnos (casi todos adjuntos y residentes de último año).


Como explica el jefe de Ginecología del Clínico, Ernesto Fabre, "resulta vital" que los médicos puedan mejorar sus destrezas con animales, ya que la cirugía mínimamente invasiva es eficaz para resolver muchos de los motivos de consulta en Ginecología: quistes en los ovarios, miomas, ligaduras de trompas, extracciones de útero o embarazos ectópicos (los que se desarrollan fuera de la matriz). Los animales reciben un trato respetuoso y se cumplen todas las autorizaciones necesarias.


Pedro González Ramos, también ginecólogo del Clínico, explica que en este hospital llevan años haciendo cursos de cirugía experimental con animales dentro del servicio de Biomedicina y Biomateriales de la Universidad de Zaragoza. Así, la institución académica aporta las instalaciones y el hospital, el material y el personal.


La novedad este año estriba en que, además, los médicos que ayer estuvieron experimentando con cerdas y ratas hoy van a la Ruber para, esta vez sí, poner en práctica lo que han aprendido con pacientes reales.


Su aprendizaje está supervisado en todo momento y ayer, por ejemplo, entre las especialistas a cargo de los alumnos estaba Elena Carrillo de Albornoz, que trabaja en la clínica internacional. "Los animales no sufren y lo más importante es que permiten adquirir unas conocimientos muy valiosos. Además, muchos de estos avances son posibles gracias a la altísima definición de la imagen", recalca. Los monitores de ayer, en concreto, estaban cedidos por la empresa Storz.


Avanzar en estas técnicas es buscar un menor sufrimiento quirúrgico y postoperatorio del paciente, reducir costes (empezando por los de hospitalización) y permitir que se vuelva a la rutina cuanto antes. El doctor Fabre explica que, en el Clínico, ya hay seis especialistas entrenados a conciencia en este tipo de técnicas. "Pero lo mejor de este tipo de cursos, además de que demuestran una buena relación entre diferentes centros y permiten una experimentación muy cercana a la realidad, es que no venimos a escuchar, sino a hacer", concreta.